Una mentira es una declaración realizada por alguien que sabe, cree o sospecha que es falsa en todo o en parte, esperando que los oyentes le crean, de forma que se oculte la realidad o la verdad en forma parcial o total.
A lo largo de la historia de la República Dominicana, los políticos y funcionarios han utilizado este concepto para conseguir manipular a los dominicanos, con sus discursos momentáneos tratan de hacerle ver al pueblo que sus palabras son ciertas, pero hay que recordarles que, gracias a la tecnología de la información y comunicación, la vida ha cambiado.
En la actualidad, los políticos tienen que saber que lo que expresan en cualquier escenario puede llegar a cada dominicano en todo el mundo; las redes sociales son aliadas o contrarias en un momento determinado.
Es difícil tratar de justificar expresiones como: “La gente se cansó del bienestar”. Hay que decirle al expresidente Danilo Medina que nadie se cansa de lo bueno; realmente, el pueblo se cansó del abuso, del saqueo del dinero que le pertenecía.
Tratar de pescar en este escenario, donde la economía mundial está en su peor momento, es manipulación, a pesar de la recuperación económica que tenemos el país, con una estabilidad y un crecimiento por encima del nivel, aún no estamos a plena capacidad.
Debemos decirle a Medina que el pueblo ya no se deja encantar con palabras, cuando los hechos demuestran que en 16 años de gobierno, de los cuales ocho los comandó usted, y hoy hasta sus hermanos son vinculados en casos de corrupción.
La mentira es considerada un antivalor moral, siempre tiene una connotación negativa. Solo hay que leer a 1 de Tesalonicenses 4:6 donde nos dice: que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado.
Cuando le toque volver a un escenario, le invito a hablar de acontecimientos reales, que haya ido en favor del pueblo para que este no sea su verdugo. Al pueblo dominicano ya no se le engaña, y la mentira ya no se puede usar para la manipulación.