FRESNO, California, EE.UU. AP. Cuando una mujer de Fresno de 23 años mató a tiros a sus dos niñitos y a una prima, hirió de gravedad a su marido y luego se pegó un tiro a mediados de enero, los investigadores inmediatamente sospecharon que el abuso de las metanfetaminas tenía algo que ver en esta tragedia a simple vista inexplicable.
Y resultó que la mujer se había filmado a sí misma horas antes fumando metanfetaminas. En las fotos familiares, los pequeños son adorables, la mujer bonita. Vivían en un gran complejo de departamentos cerca de una carretera, con el césped prolijamente cortado y los árboles muy atendidos. El padre había sido licenciado hacía poco por una empacadora. Cuando se producen este tipo de tragedias, no sorprende que haya drogas de por medio, expresó el teniente Mark Salazar, jefe de la división de homicidios de la policía de Fresno.
Las metanfetaminas ya han sido un factor en otros delitos violentos. Una madre de Bakersfield, California, fue sentenciada la semana pasada por apuñalar a su bebé recién nacido en medio del estupor causado por las metanfetaminas. Una mujer de Oakland ahogó a su bebé en una máquina de lavar en noviembre. Una mujer de Nuevo México que decía ser Dios le clavó a su hijo un destornillador, diciendo Dios lo quiere ver muerto. Cuando consumes metanfetaminas te vuelves psicótico, son muy peligrosas, expresó el doctor Alex Stalcup, que trató a consumidores de la heroína Haight Ashbury en la década de 1960 y ahora investiga las metanfetaminas y trabaja con adictos de los suburbios de la bahía de San Francisco.
Están totalmente chiflados, locos. Sufren alteraciones muy extremas de las funciones cerebrales. Cuando se tornan violentos, no conocen límites. El Central Valley de California es un centro de distribución de metanfetaminas y produce formas muy puras de la droga, que se puede obtener fácilmente en la zona. Las autoridades dicen que la creciente popularidad de la droga podría ser la razón de buena parte de los delitos que se cometen en esta región agrícola. El consumo crónico del componente químico conocido como speed o crank puede generar una psicosis, que hace que la gente escuche voces y padezca alucinaciones. El efecto estimulante de las metanfetaminas dura hasta 50 veces más que el de la cocaína, según expertos.