La enseñanza musical impacta de manera positiva y significativa. Ayuda en la proyección de talentos, en el desarrollo social y académico, resolución de problemas, trabajo en grupo, toma de decisiones, superación de retos….
Esta cantera de beneficios, expuesta por el profesor de música Junior Danel, es solo una muestra de los prodigios de ese arte, pues proclama que la lista es aún mayor, con evidencias a granel.
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“Un niño con amor a un instrumento, es un adulto de bien en potencia, pues lo aleja de la calle y de todos sus peligros, como vicios, violencia, delincuencia, que van en detrimento de su desarrollo”, asegura.
Esgrime como verdad irrefutable que la disciplina aumenta la tolerancia, por lo que permite lidiar con criterios distintos, lejos de la agresión de cualquier tipo, lo que es igual a seres humanos respetuosos, equilibrados.
Esas virtudes construyen a individuos multiplicadores de buenas conductas, que vuelven su entorno más habitable y hacen a este artista y docente defender con pasión la frase “más músicos es igual a menos delincuencia”.
Danel, director de la academia Mixolydian Music School, sustenta su aseración en los resultados obtenidos durante 11 años.
Resalta la importancia de clases agradables, atractivas, elementos que refuerzan el plano educativo.
“Creemos en enseñar de manera divertida y pedagógica, con énfasis en piano, guitarra, violín, flauta dulce, trompeta, batería, canto y producción, teoría musical y armonía, clases personalizadas con lapsos de una hora, una vez por semana”, expone.
Explica que los estudiantes son aceptados desde los 5 años y que la matrícula tiene más varones, aunque ha crecido la asistencia de hembras. El ciclo escolar lo cierra una velada en la que los alumnos muestran los aprendido en ese nivel.
La escuela, fundada en 2013, está en el corazón de Santo Domingo, en la avenida Charles Sumner, plaza homónima.