La música, neurociencia y salud

La música, neurociencia y salud

José Silié Ruiz

Este fue el título de la brillante conferencia dictada por el Dr. Reynolds Jossef Pérez Stefan, distinguido cirujano vascular que ejerce en La Vega, prominente miembro de la Academia de Ciencias de la República y la Academia de Cirujanos de Estados Unidos, músico, deportistas, etc. Tuvimos la oportunidad de coincidir invitados por Neuronorte y dictamos ambos conferencias en Santiago. Pedí su autorización para comentar y resumir su muy ilustrativa conferencia. Se refirió en principio a uno de los más brillantes músicos de la humanidad: Niccolo Paganini. Mencionó el charlista que este genio musical en una ocasión tenía un concierto y se le quemó la mano derecha y era tan virtuoso que cambió de dirección las cuerdas del violín y dio el concierto con la otra mano.

Mostró la foto de un violín Stradivarius de 20 millones de dólares que está en el museo de Oxford, Inglaterra. Señaló que una de las más antiguas terapias en psiquiatría conocidas con la música fue al rey Saúl quien tenía problemas mentales y se le recomendó terapia para que David le tocara el arpa. Señaló que Santa Cecilia es la patrona de los músicos y se celebra el 22 de noviembre. Se refirió a Beethoven, que al quedar sordo siguió componiendo música. A la madre del gran sordo de Bonn le recomendaron que abortara y ella se negó, naciendo el genio. Por su pérdida de audición se ayudaba con una pieza de madera sobre la tecla del piano y llevada a su cara para aprovechar la poca transmisión de los sonidos que tienen los huesos. Señaló además que Bach, Beethoven y Mozart han sido los “grandes”. A este último lo “visité” el mes pasado en su apartamento en Viena.

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En relación de salud y música, mostró los castrati, quienes son jovencitos participantes de coros que a temprana edad eran castrados para que mantuvieran la voz blanca. Los niños no tienen una voz ni femenina ni masculina, acción que se llevó a cabo por siglos (los niños cantores de Viena). Hizo una completa revisión desde cuando se inició el convertir la música en lenguaje escrito. Destacó que de acuerdo a los instrumentos estos tienen acción sobre la salud, entre los relajantes están el violín, la flauta, campanilla, oboe, piano, arpa, etc. y entre los estimulantes tenemos panderetas, trombones, etc. Al referirse a una orquesta sinfónica, la describió como una familia con varios apellidos como los distintos instrumentos, la familia de los vientos, la familia de la percusión y la familia de las cuerdas, con un director que las dirige. La armonía, es parte integral de la música. Le da capas de complejidad y profundidad. Sin armonía y ritmo una composición no sería más que una cacofonía disonante.

Presentó como ejemplo la Orquesta Sinfónica de Israel, una de las principales del mundo, señalando cómo se afina una orquesta sinfónica: primero se para el oboísta y da una nota La, la que produce 440 vibraciones por segundo, entonces todos los instrumentos de viento afinan, entonces ellos se sientan. Luego se toca de nuevo el oboe (instrumento antiquísimos data de 3,000 años antes de Cristo) para que el primer violinista concertino se ponga de pie y entonces afinan los violines, al terminar le da un saludo al director y ya está todo listo para empezar la refinada música. Empezó el espectáculo, disfrutemos de la música culta, en vez de la actual “caótica y vulgar producción musical” le pondremos luego nombre, yo no sé hoy cómo llamarla pero de seguro eso no es música.