La musicoterapia se ha utilizado en personas con estrés y ansiedad
Por décadas recomiendo a mis pacientes la musicoterapia, ejercicios físicos, biblioterapia, tertulias, e innovación, Inteligencia emocional y espiritual para vencer y manejar adversidades de la vida. La música influye en las emociones, el lenguaje, el movimiento y la activación de los neurotransmisores cerebrales.
Refiere Roberto Armador, un neurólogo y lo ha explicado muy bien el amigo neurólogo José Silie Ruiz, cómo la música produce un efecto de placer en los circuitos cerebrales medidos por la dopamina ligada a las recompensas cerebrales. Otros estudios explican que el ritmo actúa sobre las cortezas frontales izquierda y parietal derecha, y el tono impacta en la corteza prefrontal, el cerebelo y el lóbulo temporal; y la letra, en área de Broca y de Wernicke (del lenguaje).
Los efectos de la buena música, el sonido, el ritmo, la letra, llevan a una buena imaginación, tranquiliza las amígdalas cerebrales, activa el sistema límbico, produciendo más serotonina que es el químico de la felicidad.
Según la psicóloga clínica Sandra Herrera “se ha observado mejora en personas con problemas de movimientos, dificultades para hablar, demencias y secuelas de enfermedades cerebrovasculares, con el uso adecuado de música, de manera terapéutica”.
El colega y amigo Alejandro José de psicofonía, ha explicado su experiencia con musicoterapia en personas que padecen de estrés, ansiedad, depresión, mal manejo de la ira, de los impulsos, etc., de cómo mejoran y modifican sus emociones a través de la musicoterapia asistida en sus laboratorios.
También sabemos cómo una música con letras negativas y ritmos desarmonizados, con mensajes distorsionados influye de forma negativa en el pensamiento, las emociones, y activa la amígdala cerebral y produce aumento de cortisol y de adrenalina.
La musicoterapia tiene un efecto tranquilizante en el hipotálamo, eleva la producción de óxido nítrico que abre los vasos sanguíneos y mejora la circulación cerebral, reduce niveles de cortisol, por lo tanto, su resultado es, disminuir la ansiedad, el estrés y la tensión que sienten las personas cuando no se pueden relajar.
Hoy sabemos de los efectos beneficiosos de la musicoterapia en pacientes con trastornos de ansiedad, estrés postraumático, depresión, bipolaridad, demencia, parkinson, cáncer, fibromialgia, esclerosis múltiples etc. En los niños mejora el aprendizaje, la conducta, la atención y la concentración; por eso se recomienda en los niños con hiperactividad y déficit de atención, en autismo y conductas desafiantes.
Cada día más personas buscan de espacios relajantes, de actividades que mejoren la salud física, emocional, psicológica y espiritual. Pero también de buena compañía, de personas que sean nutrientes, oxigenantes, de calidad y calidez de vida.
La musicoterapia no es cualquier música, debe ser música seleccionada, recomendada para que produzca cambios en el cerebro y las emociones.
Para la musicoterapia hay que elegir un lugar tranquilo, en soledad, silencio, buena temperatura, ambiente acogedor. Es una música que le guste, que la disfrute, donde el efecto sea tranquilizante, relajante, induzca al sueño, mejore la respiración, el latido del corazón, actúa el parasimpático, y fluyan los mejores pensamientos.
Soy de los psiquiatras que usa psicofármacos y psicoterapia; estimulo a las personas a modificar hábitos, construir proyecto de vida, lograr autonomía, libertad, resiliencia y auto-merecimiento. La vida es muy corta, asumirla con culpa, resentimiento, odio, victimización, no es la forma inteligente ni asertiva. Tenemos que ser mejores amigos de nosotros mismos, aumentar la autoestima, la bondad, la compasión y la felicidad.
La musicoterapia influye en las emociones positivas, le cambia su forma de pensar y reaccionar. Les recomiendo dos o tres secciones a la semana de musicoterapia, lectura, ejercicios, masajes, aromaterapia, baile, risa, y hablar con buenas personas. El cerebro hay que estimularlo, ayudarlo con las recompensas cerebrales, es decir, que produzca más dopamina, serotonina, oxitocina, epinefrina, glutamato, etc.
Hay que vivir con pasión, amor, intensidad, afectividad, innovación, cambios y nuevo aprendizaje para ser diferentes, pero no desiguales.
Las sociedades posmodernas se han vuelto estresantes, mediáticas, competitivas, cambiantes e inseguras. Las personas deben aprender a disminuir los factores estresantes, los hábitos tóxicos para lograr mejor calidad de vida: menos infartos, menos accidentes cerebro vascular, menos problemas psicosomáticos y enfermedades catastróficas.
La musicoterapia crea la posibilidad de auto relajación, de dormir mejor, de vivir una vida con menos nerviosismo y menos intranquilidad. Puede practicarla, al igual que la meditación y el yoga, ayudan y favorecen al cerebro y sus emociones.