El anuncio de que Miguel Vargas se unía a la comparsa del reeleccionismo para acabar de enterrar a las siglas del PRD que dieron gloria a Jimenes – Grullón, Juan Bosch y Peña Gómez llegó a tiempo para acabar de convencer a los desorientados acerca de la calaña de los que secuestraron al partido de la “Esperanza Nacional”, con la ayuda estratégica “del PLD y sus Altas Cortes.
Según Vargas Maldonado, en su nueva aventura el PLD le ofrece para las elecciones del 2016, candidaturas para todos los cargos que controla en la Cámara de Diputados y los ayuntamientos y además hará que el Congreso apruebe dos nuevas provincias en el Gran Santo Domingo.
Al presidente Medina y al Comité Político del PLD se le pueden achacar muchas faltas, menos la estupidez. En el llamado pragmatismo político hay dos tipos de acciones que se acometen con intención de revisarlas cuando llega el momento de cumplirlas: las promesas y las amenazas… El pasado viernes 12 la Asamblea Revisora sancionó una reforma reeleccionista, a todas luces inconstitucional que cambia los derechos electorales sin referendo, por aquello de “ofrécelo todo que el todo se hizo de la nada y en nada se puede convertir”.
Definitivamente, aunque digan lo contrario, el PLD no va a cerrarle el camino a su dirigencia media y militancia y a lo sumo el PRD podría aspirar a uno o dos diputados, un alcalde remoto, un par de regidurías, un ministerio secundario y una Dirección General.
En cuanto a la creación de las dos provincias, esto sería una muestra de analfabetismo político-territorial y una nueva burla a la sociedad dominicana, ya que estas no tendrían absolutamente ninguna función útil. La única misión de los gobernadores es representar al Presidente y este gobierna en Santo Domingo, en donde tiene también ministros y cientos de directores que reciben sus órdenes directas, además de hacerle la vida difícil a los municipios, que son instancias de poder autónomo que ya habían sido creadas desde el 2001 por el gobierno del PRD.
La única función conocida del actual gobernador de la provincia Santo Domingo es participar en las inauguraciones, así como en la recepción y despedida al Presidente cuando sale del país, por estar allí los aeropuertos. Para eso no se requiere más ayuda…
Lo que sí requiere el país es fortalecer las regiones como instancias desconcentradas del gobierno nacional, en torno a provincias afines que hagan posible el desarrollo equitativo del país; y también el fortalecimiento de delegaciones de sectores urbanos y secciones rurales, que sirvan para la desconcentración municipal; pero nunca convertir en provincias a territorios con un par de cientos de kilómetros cuadrados, que serían el colmo de la ridiculez y del absurdo.
Si se quiere dar mayor representación en el Senado a las provincias más pobladas; se puede hacer que en la Constitución se señale que haya un senador por provincia o cada 500 mil habitantes; y si se quiere que el Senado sea un órgano equilibrado, que se elijan senadores por regiones y así evitar el absoluto desbalance que hay en la cámara alta entre los partidos y los votos recibidos por estos.