El estudio del cerebro a través de la neurociencia ha cambiado y ha evolucionado todas las predicciones que se tenía de las emociones, la toma de decisiones, la tendencia a las compras y al consumo, y al mundo de las adicciones.
El sistema de creencia, los comportamientos sociales, el algoritmo y las influencias para que las personas decidan qué hacer con su dinero, sus hábitos y sus nuevas necesidades, también, influye el cerebro.
El campo de la neurociencia ha ocupado y ha puesto en evidencia, con resultados y estudios a través de resonancia magnética funcional y tomografía con espositrones, demuestran cómo áreas del cerebro se modifican con estímulos, circuitos de recompensa, en el dolor, el placer, el miedo, la felicidad, la violencia o el sufrimiento.
El neuromarketing estableció hace años el condicionamiento cerebral y los estímulos que se aumentan la dopamina del cerebro, los circuitos de recompensa en el núcleo acumen, la corteza prefrontal, para movilizar al consumo a millones de personas a través de la publicidad- células espejos- hipocampo- (memoria) para memorizar, llevarlo al sistema emocional y salir de forma impulsiva al consumo.
Puede leer: Conéctate, acéptate y supérate
La neurociencia, se ocupa de un área compleja como es la neuropolítica, una forma de estudiar por qué la persona vota por un candidato conservador o liberal, qué razones le atraen, dónde y por qué sienten miedo los votantes, o cómo mantener el sistema de creencia de un votante para mantener un voto firme.
Sin embargo, lo más novedoso en la neuropolítica y los algoritmos es medir o desmontar los sistemas de creencias basados en prejuicio, discriminación, marginalización o exclusión de grupos sociales hacia un determinado candidato.
Pero también, cómo estimular para hacer que la gente vote por un determinado candidato, y qué decirle o validar a través del lenguaje, la oratoria a los grupos de indecisos, indiferentes y apáticos de la política.
La neuropolítica estudia a través del cerebro la cognición social de las personas; sus decisiones, la forma como piensan y las probabilidades que tienen en cambiar sus decisiones a corto y largo plazo dentro de una campaña electoral o el día de las elecciones.
La personalidad de un candidato, su voz, los colores que usa, el uso del lenguaje corporal y el aprender a conectar con los temas y las necesidades de las personas es fundamental, como forma de lograr los estímulos cerebrales, recompensa, emociones positivas, recordar el rostro, los mensajes y el nivel de compromiso.
Los conservadores y populista han sido más favorecidos por los algoritmos y la neuropolítica que los liberales o izquierdistas.
Hoy día se construyen candidatos a través de los algoritmos y la neuropolítica. Personas de pobre discursos, o torpe y con falta de habilidades y destrezas sociales logran posicionarse a través de un discurso construido para condicionar el voto, la tendencia del voto, cambiar la decisión del votante o mantener el voto duro y seguro del votante.
El cerebro está de moda, lo consultan de diferentes maneras, a los neurólogos, psiquiatras y psicólogos amantes de la neurociencia nos complace aprender, como es mi caso, de la neuropolítica y sus implicaciones.
El desmonte de sistemas de creencias con pensamientos limitantes y distorsionados, se logran con procesos psicoterapéuticos, y nuevas decisiones en cualquier área con el cerebro y las emociones, a través de la neuropolítica.