La Organización de Estados Americanos rechazó enérgicamente el viernes los recientes actos de violencia en la frontera entre Colombia y Ecuador, y manifestó su apoyo a ambos países en la lucha contra el crimen organizado.
La resolución fue aprobada por unanimidad de todos los Estados en el consejo permanente de la OEA, convocado por Bogotá y Quito luego de confirmarse el viernes pasado el asesinato de tres miembros de un equipo periodístico ecuatoriano a manos de disidentes de las disueltas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
La OEA deploró la muerte de los integrantes del diario El Comercio, secuestrados el 26 de marzo, así como la de cuatro miembros de la fuerza pública de Ecuador, en atentados que desde fines de enero han dejado decenas de heridos y daños graves en localidades ecuatorianas cercanas a la frontera binacional.
Además, la OEA repudió el secuestro de otros dos ecuatorianos por parte de los rebeldes, reportado el martes pasado por las autoridades en Quito.
«Para Ecuador es fundamental en este momento tomar todas las medidas para que la calma regrese a nuestro país», dijo la canciller ecuatoriana, María Fernanda Espinosa, ante los miembros de la OEA.
Para eso, instó a la región a trabajar en conjunto para «combatir el flagelo del narcotráfico». «Es una amenaza que enfrentamos todos», dijo, subrayando la «corresponsabilidad» de todo el continente.
«El terrorismo no tiene fronteras, el narcotráfico no tiene fronteras», dijo su homóloga colombiana María Ángela Holguín, quien aseguró que detrás de los grupos disidentes de las FARC están las «poderosísimas» estructuras de los cárteles que controlan el tráfico de drogas en el continente.
Holguín atribuyó a la paz con las FARC, firmada en 2016, y el consiguiente ingreso del Estado a zonas controladas antes por la guerrilla, la salida de grupos narcotraficantes hacia otros territorios. «Ahí es donde no pueden encontrar ningún tipo de debilidad institucional», aseveró.
«La única manera en que podemos acabar con estas estructuras es trabajando unidos, en coordinación», enfatizó, llamando a los países centroamericanos, así como a México y Estados Unidos, a sumarse a estos esfuerzos.
Holguín y Espinosa subrayaron que actualmente Colombia, Ecuador y Panamá son responsables del 80% de la incautación de droga en la región.