Al presidente Danilo Medina no conviene pelear contra la OEA y su extrovertido secretario general, Luis Almagro, por el tema de la modificación constitucional para un tercer mandato consecutivo.
Tal conclusión se desprende del artículo titulado “Comisión de Venecia: Constitución, Democracia y Reelección Presidencial”, publicado en el Listín Diario, de la autoría del expresidente Leonel Fernández, basado en el “Informe Sobre los Limites a la Reelección”, el cual tuvo el efecto de una bomba de destrucción masiva entre los seguidores de Medina que impulsan su repostulación.
El efecto fue de tal magnitud, que aparentemente se sintió esa misma noche entre los integrantes del poderoso Comité Político del partido de gobierno, quienes por segunda ocasión consecutiva soslayaron el tratamiento de la reelección, pese al control que ejercen los seguidores del presidente Medina.
“Los límites a la reelección presidencial se aplican debido al peligro de abuso de poder por parte de los mandatarios que se proponen prolongar su permanencia”, razona la Comisión de Venecia, un órgano consultivo del Consejo de Europa creado en 1990 y contratada por la OEA para abordar concienzudamente la reelección en América Latina.
Señala, además, que debido a su posición preponderante, el gobernante de turno dispone de una serie de recursos económicos, comunicacionales, de relaciones sociales y de influencia, en sentido general, que utilizado de manera permanente e indefinida, conducen a lo que en el lenguaje de los miembros de la comisión seria “el de tener un monarca republicano”.
Al margen del texto, creo que el silencio de Medina refleja una actitud dubitativa, la cual frenó el impulso reeleccionista y, en cambio, fortalece el ímpetu de Fernández, quien libra la batalla más difícil de su carrera.
La OEA utiliza dicho informe como guía contra la reelección.