Escribo complacido sobre el hermoso poemario Al filo del vuelo, de Evelyn Ramos, por la categoría de su creación, el énfasis afectivo de su contenido, la pasión insumisa de las vivencias consentidas, la emoción expresiva de una sensibilidad estremecida, el aliento espiritual de una lírica entrañable y, desde luego, por la profundidad conceptual y estética de esta creación.
Este poemario de Evelyn Ramos está impregnado de sabiduría y pasión, de entusiasmo y encanto, de aliento y espiritualidad, porque la poeta escribe como quien ora, crea con la sustancia de sus emociones entrañables y se desahoga implorando un auxilio de lo Alto para canalizar su pasión, fruto quizás de un desamparo o un desvalimiento que revela la sensibilidad de la poeta que sueña, sufre, goza y anhela los suspiros consentidos.
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En este singular y hermoso poemario Al filo del vuelo, de Evelyn Ramos, se aprecia la entonación bíblica de los salmos y la piedad religiosa de la creyente con la fuerza expresiva y emocional que encienden sus ardientes reclamos. De ahí la fascinación que esta lírica despierta en la sensibilidad del lector, así como la hondura conceptual, estética y espiritual de unos relatos que subyugan por el contenido del poemario. Por eso defino la obra de Evelyn Ramos como una plegaria infinita de la autora, en una lírica emotiva, torrencial y ejemplar, por lo cual me inclino reverente ante la poeta que implora protección y auxilio al invocar pasajes y eventos del texto sagrado de la Biblia con la pasión de su sensibilidad erótica y el aliento de un reclamo físico y espiritual.
La expresión amorosa de Evelyn Ramos tiene singulares connotaciones intelectuales, estéticas y espirituales. En primer lugar, refleja la actitud de sumisión empática, amorosa y solidaria con la inspiración que la embriaga. En segundo lugar, expresa un lenguaje impregnado de la entonación bíblica, singular aspecto de esta poesía prosada de Evelyn Ramos. Y, en tercer lugar, su lírica canaliza una expresión orante, entrañable y cordial, por lo cual plasma una poética de vivencias entrañables como expresión de lo que anhela la emisora de esta creación que, como la Sulamita del texto bíblico, siente y apela, vive y espera, quiere y reclama lo que su corazón anhela con hondura entrañable, con ardoroso anhelo y con pasión infinita: “Queriendo volver, pero encantada con talismanes por doquier. Cerrada a la escucha de un canto sublime. De una oración fecunda, de una prédica enajenante. Alejada de una epístola que me transforme el genio, que me encauce los males y las concupiscencias me las vaya borrando con un salmo rosado y un arpa afilada con un David más determinante. Estaba escondida, tapando las rendijas para que nunca me encontraras con tus ojos omnisapientes. Sintiéndome, como Eva, fuera del Edén” (Evelyn Ramos, Al filo del vuelo, p. 21).
El filo de una pasión erótica
Una pasión erótica desató el talento creador de Evelyn Ramos, pues tenía la potencia de una energía telúrica para concitar la más honda vivencia de la sensibilidad y la conciencia para sentir, crear y actuar con la pasión que Eros suele desatar, con la furia volcánica como escribía la poeta francomacorisana Melba Marrero de Munné, y como se manifiesta en las ardorosas expresiones de Evelyn Ramos en este revelador libro Al filo del vuelo, enjundiosa creación de esta grandiosa poeta que alcanzó con este poemario un alto sitial en las letras dominicanas en virtud de la energía inspiradora de su talento creador, en razón de la avasallante potencia que desató su pasión estética y erótica, y en virtud del aliento expresivo que la conminó a intuir, pensar, hablar, suplicar, gozar, sufrir y crear conforme las circunstancias que se les presentaron, según revelan estos singulares párrafos de su prosa poética: “Qué ganas de pecar, de abrirme sin fronteras, donde tus ojos inmensos no me juzguen estas ansias bravas. Perdón, amor, esta lujuria insólita la tengo metida con garra en los flujos rápidos de mi sangre. Reza, reza fuerte, átame con tu rosario afilado, porque mi cerebro quiere, tiembla por pecar a plenitud con otro cuerpo” (Evelyn Ramos, Al filo del vuelo, p. 29).
En el léxico religioso la palabra réquiem alude a una doliente situación pues es un término usual en las plegarias imprecatorias ante el término de una vida. Con el título de “Réquiem”, Evelyn Ramos, la agraciada autora del singular poemario Al filo del vuelo, revela una potencia erótica, subyugadora, intensa y desafiante, y en el fuero de su vivencia reclama lo que su sensibilidad anhela, y en el fondo de su reclamo revela lo que impulsa su inspiración, y en la desesperación de su abatimiento despliega su anhelo de sentirse encendida y poseída, y esa fuerte apelación que solo se aplaca con la satisfacción de los apremios corporales, y ante el ingente reclamo de su anhelo profundo en su satisfacción concreta, la poeta reitera lo que anhela, expresa lo que siente, canaliza lo que subyuga su ansia entrañable y, bajo el reclamo del anhelo irredento de su parte sagrada, desata lo que la martiriza y revela lo que apacigua el anhelo profundo de su irredenta sensibilidad, según refleja el poema “Réquiem” en el que la poeta confiesa el vacío que viven unos labios sin besos y la dolencia insumisa de unos pechos hirsutos en noches de sombra, y, ante la ausencia de unos brazos que acaricien su espalda, proclama sin rodeos lo que la embriaga y estremece: “Nadie sabe cómo la soledad ahorca estremeciendo todo lo que se añora. Nadie sabe de amores eternos, más allá de los ángeles, más allá de la vida. Nadie sabe cómo duelen los muertos, hasta que destierran a un dios entre todos los vivos” (Evelyn Ramos, Al filo del vuelo, p. 35).
Efectivamente, en Al filo del vuelo Evelyn Ramos expresa una potencia erótica desafiante y subyugadora y, en tal virtud, como Safo de Metilene que comparaba su pasión amatoria con los vendavales de la naturaleza abatida por una furia eólica, así Evelyn Ramos, que reveló su pasión erótica con el incendio de ardores consentidos, canta emocionada lo que sacudió su sensibilidad y desarticuló sus emociones entrañables con la fuerza incontenible de la pasión erótica.
Se sabe que la pasión sensual estremece los sentidos y atiza los átomos incendiados del corazón enamorado, según revela la explosión emocional de los versos cantados por la Sophy o por Ednita Nazario, ambas de Puerto Rico, que emocionadas con el estallido erótico, arrebatadas como Evelyn Ramos en este vuelo sensual y entrañable de sus vivencias amorosas, como lo revelan las palabras consentidas de una pasión tumultuosa y desafiante, como lo confiesa la autora en su texto titulado “Atrevimiento” en el que revela el pecado que la atiza y emociona con un aliento incontenible: “El último pecado me convoca. Es una súplica siniestra a las apetencias de mi mente sucia. Emerge despiadado por mi carne seca de ansias indiscretas. Fluye de los charcos de mi pasión más lujuriosa. El último pecado se tiñe de blanco y se apresura con garbo. Él desafía lo puro de mi alma en abstinencia sorda. Se mete por las fibras que ocultan el estremecimiento fecundo de todos los ocultos. El último pecado pide solo un beso con descaro, una caricia obscena y sencilla” (Evelyn Ramos, Al filo del vuelo, p. 43).