No a la guerra
No a la guerra, por favor,
¡que causa mucho dolor!
Que las personas malas,
no tiren más balas.
No a la guerra, por favor,
¡que causa mucho dolor!
Ayudemos a las personas,
que se quedan sin hogar,
para que todos juntos,
nos podamos amar más. Javier da S. 6º EP
El poema de un niño de seis años de una escuela primaria de América Latina, recogido en un blog que se llama “Palabras amigas”, expresa un profundo sentimiento sobre la necesidad de que nos aboquemos a construir la paz. A veces pienso que ser historiadora es una desventaja. La ciudadana padece los signos de su tiempo; sufre con el drama que viven los sirios: guerra en su país y rechazo en los lugares donde tocan las puertas para recibir ayudas. Lamenta con tristeza el cuadro de los africanos que salen huyendo de la muerte lenta, y se suben a cualquier barcaza en acto desesperado para llegar a la tierra que no los quiere. La ciudadana sufre con la ira de la naturaleza. Vivimos el mayor calentamiento global ante la pasividad de las autoridades mundiales aunque en el discurso hacen las denuncias, pero no asumen políticas claves y verdaderas para enfrentarlas. La historiadora entiende la situación porque en el fondo hay un juego de intereses, marcados por mucho, mucho dinero.
Suerte que hay momentos en que la ciudadana y la historiadora se unen. Mientras la primera se lamenta por la vocación autodestructiva de esta humanidad, la segunda le ofrece los argumentos racionales de ese triste sentimiento.
Esta humanidad ha trillado su camino pisoteando la paz. La guerra ha sido su signo desde el inicio de los tiempos. Las sociedades tribales, con el propósito de tener más poder y dominar a sus iguales, libraban guerras mordaces y violentas. La vida no tenía sentido. La voluntad del jefe de la tribu era la ley absoluta.
Las pruebas están por todas partes. En el libro “El arte de la guerra” nacido de la dura práctica de la conquista llevada a cabo por los emperadores de la China antigua. Esta obra, que todavía se lee, a pesar de que han transcurrido muchos siglos de su aparición, fue escrita por SunTsu, un general chino que vivió alrededor del año V antes de Cristo. Dicen algunos que este libro es el mejor en materia de estrategia militar. Y tiene ¡dos mil quinientos años de antigüedad! Según algunos expertos, este libro fue la fuente de inspiración de los líderes políticos más sanguinarios como Napoleón, Mao TseTung (Mao Zedong, como se dice ahora), y a Maquiavelo para escribir “El Príncipe”. Hay que reconocer, sin embargo, que el guerrero SunTsu aseguraba que el enfrentamiento bélico debía ser la última alternativa, pues “la mejor victoria es vencer sin combatir”, que sería el resultado del arte de disuadir, del dirigente prudente.
Otro ejemplo es el famosísimo “Código Hammurabi” creado en el año 1728 AC, en el Reino de Babilonia bajo el dominio del Rey Hammurabi. Se dice que se basa en la famosa Ley de Talión. En realidad lo que hizo fue unificar los diferentes códigos existentes en las diferentes ciudades del imperio babilónico, a fin de impedir que alguien osara tomar la ley por sus propias manos. El Código no distingue el ámbito del derecho civil y del derecho penal, pues mezcla las leyes que se refieren a la regularización de la vida cotidiana (comercio, matrimonio, divorcio, herencia, entre otras) con las leyes que castigan los delitos por robo o asesinato. He aquí algunos ejemplos de este conjunto de disposiciones, en las cuales, la mayoría se paga con la muerte:
• Si un hombre acusa a otro hombre y le imputa un asesinato pero no puede probarlo, su acusador será ejecutado.
• Si un hombre acude ante un tribunal con falso testimonio y luego no prueba su declaración, si se trata de un caso con pena de muerte, ese hombre será ejecutado.
• Si un hombre roba algo propiedad del dios o del Palacio será ejecutado y el que haya aceptado de sus manos lo robado será ejecutado también.
• Si un hombre roba un buey o una oveja, o un asno, o un cerdo, o una barca, sean del dios del Palacio, lo devolverá 30 veces; si son de un individuo común, lo devolverá 10 veces. Si el ladrón no tiene con qué devolver, será ejecutado.
La carrera armamentista ha sido una constante en la historia de la humanidad. Desde el arco y las flechas, a las lanzas, y los garrotes, a los cascos y armaduras diseñadas para ser robustas, para llegar a las armas de fuego con pólvora, a la bomba atómica, a las armas químicas… Esta humanidad ha llegado al mundo para dominarlo bajo el signo del dominio por la fuerza. Su capacidad creadora se ha centrado fundamentalmente en la invención de armas de destrucción para el dominio y el control.
No puedo olvidar los horrores de la Guerra de Vietnam, de la Guerra de Corea, de la Guerra del Báltico. Y hoy el mundo vive una nueva “Guerra Santa” en donde el terrorismo en nombre de un llamado Estado islámico ha puesto al mundo en vilo con sus ataques sorpresa, matando a inocentes víctimas, cuyo único delito ha sido haber vivido y nacido en Occidente.
Gracias al cielo se han levando voces en contra de la violencia, de la guerra. Voces que a través de la historia se han levantado y han reclamado por un mundo mejor. Los primeros fueron los filósofos griegos. Sócrates fue el primero que habló del Thymos, es decir el ejercicio ético de la política. Platón fue el creador del Mito de las Cavernas para expresar la necesidad de construir un mundo ideal, diferente al heredado. Aristóteles habló de la ética a Nicómano, buscando que el ejercicio ético guiara la vida social. Nadie puede olvidar el hermoso libro “Utopía” de Tomás Moro, solo para mencionar algunos.
Lo cierto es que hemos vivido por siglos entre la violencia, la guerra y la paz. Hoy la ciudadana se siente abatida con el panorama actual del mundo. La historiadora le enrostró la racionalidad de los datos para entender, lamentablemente que no es solo de hoy, sino desde el inicio de los tiempos.
Guerra… PAZ
Dos palabras contrarias,
de extremo a extremo van,
la primera produce heridas,
que la segunda curará.
Si todos estamos unidos,
unidos en la verdad,
nunca nos arrepentiremos
de haber luchado por la PAZ.
Impediremos la guerra,
lucharemos con la verdad,
como única arma
para conseguir la PAZ.
Caminaremos todos juntos
con un solo final,
vayamos todos unidos
para conseguir la PAZ.
Marta H. 6º EP