Las carreras de fórmula 1 constituyen un apasionante y ansioso mundo de autos de circuito más rápido del mundo. Lleno de dramas y competencias, cada campeonato conlleva una preparación previa que define el éxito del ambicionado título mundial.
Cada equipo tiene miles de empleados, y todos quieren ganar. El piloto busca destacarse en la pista, mientras los equipos con un trabajo anticipado logran planificar las respuestas a todas las eventualidades de la carrera.
Con un presupuesto que casi nunca está equilibrado y diferencias abismales entre un equipo u otro, cada uno debe hacer el mejor trabajo posible.
Este paralelismo podría encontrar similitud en la planificación de las políticas públicas y los asuntos de gestión y administración del gobierno, ya que, la planificación estratégica en prospectiva es la fórmula 1 de la gestión de gobierno exitosa.
Primero la práctica, equipos y pilotos salen a la pista a preparar sus autos y asegurarse que se desempeñen de la mejor manera.
Se determina el orden en que cada auto inicia la carrera, y una vez encendidos los motores, la adrenalina se expresa en su máxima agilidad.
La fórmula 1, como en la alta gerencia, la gestión pública y la planificación en prospectiva requiere de una alta preparación.
Los pilotos de la fórmula 1, pierden entre 7 a 13 libras de su peso corporal por cada carrera, y queman entre 600 y 1,500 calorías en un Gran Premio por todo lo que sudan, y por la intensa jornada y el estrés acumulado durante el trayecto en la pista.
La planificación estratégica en prospectiva es igual. No obstante, las múltiples tensiones que se generan en la administración de los asuntos de gobierno, hay que ganar con un buen arranque, combinación entre velocidad, precisión, dominio de las curvas, y conexión poderosa con el sonido del motor.
Cuando tienes la responsabilidad de dirigir, tomar decisiones, planificar para el desarrollo, o cuando subes a un auto a 320 kilómetros por hora, debes ir con una mentalidad de piloto con una mirada holística, observando cada centímetro en la pista, advirtiendo cada curva, cada rebase, metiendo el freno de manera prudente, acelerando cuando el auto te envía la señal. Puede ocurrir cualquier evento.
Cada vez es altamente necesario revalorizar las capacidades prospectivas en la planificación, prepararse eficientemente para abordar las transformaciones globales que contribuyen a propiciar el desarrollo con igualdad y justicia social.
El grito del motor, la adrenalina y la emoción de un auto al límite de velocidad requiere de una máxima concentración, una combinación entre trabajo en equipo, gestión del riesgo en la pista, protocolos de cambios de neumáticos y frenos con la más alta precisión, administrando de forma eficiente la alta tensión en las curvas que deben
ser tomadas a la perfección, dominio de la velocidad y los tiempos. Tu forma de conducir habla de la gestión y la planificación estratégica que se implementa.
Después de algunas vueltas te das cuenta si el automóvil es rápido, la confianza dentro del auto, que se traduce en la capacidad de gestionar y liderar en la administración pública, indica un sentimiento con el freno, porque si estas llegando a una curva a mas de 300 kilómetros por hora, tu instinto te dice “frena”, y debes entrenar para frenar cada vez más tarde y confiar en que el auto, después de atravesada la curva, avanzará.
Desde la dimensión macro, el Estado y las políticas públicas que se deben planificar desde un proceso de toma de decisiones muy claro, exige pasar de modelos de desarrollo de un estado menos pasivo y más proactivo, que debe superar el perfil de mero observador de acontecimientos globales.
Esto solo se logra incentivando un sistema de planificación con un pensamiento estratégico, sistémico y a largo plazo, con una amplia visión holística sobre el desarrollo multiespacial, pluridimensional, pluriinstitucional, multisectorial, multidisciplinaria e intertemporal.
Por otro lado, desde una dimensión micro, que involucra el nivel en que intervienen en la planificación las personas e instituciones, es necesario construir organizaciones prospectivas, con redes de apoyo, centros de pensamiento, institutos de formación y programas que aborden el ámbito prospectivo de la planificación y el conocimiento de métodos y procesos que dominan la dinámica de la gestión de los asuntos de gobierno.
Esto contribuirá a evolucionar hacia modelos mentales que tendrán alta influencia en el sistema político institucional tradicional.
La apuesta es hacer presente la necesidad de reemplazar las visiones unilaterales y cortoplacistas, de bajo alcance y responsabilidad, por visiones compartidas de futuro de alta calidad, que articulen el continente con las dinámicas globales y generen procesos permanentes de análisis del estado del arte, comparación internacional de las brechas para el desarrollo, escenarios y producción de alertas sobre asuntos emergentes.
Todo lo anterior debe ser completado con un proceso serio de seguimiento y evaluación, con alto potencial para articular de forma más eficiente la planificación y la gestión pública, fortalecer las capacidades institucionales para mejorar los procesos, sistemas y resultados de forma permanente.
Así, como un piloto de formula 1, con cada vez mas experiencia, va generando una adhesión natural a la pista y logra enfrentar los altibajos de velocidad, freno, curva e impacto en la carrera.
Superar la óptica del horizonte temporal y la visión a corto plazo en la gestión de gobierno de los países en Latinoamérica es una discusión que ha ido siendo revalorizada.
Gobernar no solo debe convertirse en una práctica de administrar crisis y recursos escasos, atender necesidades básicas insatisfechas y resolver problemas urgentes.
También, se debe, a través de la planificación prospectiva, incentivar la transición de modelos de desarrollo que atienda las tendencias globales, para ampliar los horizontes temporales y los marcos cognitivos de los gobernantes y funcionarios para pensar las decisiones estratégicas que conllevan altos costos, altos impactos y efectos irreversibles para la sociedad.
Como en la fórmula 1, la planificación estratégica de forma prospectiva conlleva a buen resultado y excelente desempeño a largo plazo.
Se hace todo lo que se pueda para implementar las mejores políticas publicas para el desarrollo con igualdad y justicia social. Para conducir una vuelta exitosa, se debe tener buen ritmo y sentimiento. Así piensan los grandes pilotos de fórmula 1.