La presión arterial muy alta puede causar algunos síntomas, como dolores de cabeza, mareos o sangrado nasal con más frecuencia que lo normal.
La presión arterial alta también se conoce como hipertensión. Se trata de una medición de la fuerza con la que la sangre empuja las paredes arteriales a medida que recorre tu cuerpo.
Es normal que la presión arterial suba y baje a lo largo del día, pero si permanece alta, tienes presión arterial alta.
Está patología no suele producir síntomas, salvo que sea severa. Es un mal silencioso y daña progresivamente el sistema vascular con consecuencias que pueden llegar a ser muy graves. La buena noticia es que se puede prevenir.
Sin embargo, hay señales de alertas que los especialistas identifican.
¿Cuáles son los síntomas de la presión arterial alta?
La presión arterial alta puede causar ataques cardíacos, derrames cerebrales y otros problemas. Se dice que la tensión alta es un “asesino silencioso”, porque generalmente no causa síntomas mientras está causando este daño.
La mayoría de las personas no sabe que la tiene alta, hasta que va al médico por alguna razón.
La presión arterial muy alta puede causar algunos síntomas como, dolores de cabeza, mareos o sangrado nasal con más frecuencia que lo normal. Pero, estos signos usualmente no aparecen hasta que alcanzan una etapa grave.
Cuando estos signos aparecen, la presión arterial alta podría poner en riesgo la vida.
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Como habitualmente no hay síntomas, es importante medirse la presión regularmente. De acuerdo a datos publicados por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la hipertensión es el principal factor de riesgo para sufrir una enfermedad cardiovascular.
Según este organismo, cada año se reportan 1.6 millones de muertes por enfermedades cardiovasculares en la región de las Américas, de las cuales alrededor de medio millón son personas menores de 70 años, lo que se considera muerte prematura y evitable.
La hipertensión afecta entre el 20 y el 40% de la población adulta de la región, lo que indica que, en las Américas alrededor de 250 millones de personas padecen de esta patología.
Medicina preventiva
La hipertensión es prevenible o puede ser pospuesta a través de un grupo de intervenciones preventivas, entre las que se destacan la disminución del consumo de sal, una dieta rica en frutas y verduras, el ejercicio físico y el mantenimiento de un peso corporal saludable.
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La presión arterial consta de dos números:
El primer número mide la fuerza cuando el corazón late. Se llama presión sistólica. El segundo número mide la fuerza cuando el corazón se relaja. Se llama presión diastólica. Una persona con presión sistólica de 120 y diastólica de 80, tiene una presión arterial de 120/80 o “120 sobre 80”.
La presión arterial ideal para un adulto es inferior a 120/80. Tienes presión arterial alta si tu número superior es 130 o más, o si tu número inferior es 80 o más, o ambos.
Las principales causas
En la mayoría de los casos, los médicos no pueden señalar la causa exacta de la presión arterial alta.
Sin embargo, se sabe que hay varias cosas que pueden elevar la presión arterial, entre ellas:
Edad: el riesgo de tener presión arterial alta aumenta con la edad.
Antecedentes familiares. Tener sobrepeso u obesidad: cuanto más pesas, más sangre necesitas para llevar nutrientes a tus tejidos. Y, también, influye la falta de actividad física: las personas inactivas tienden a tener un ritmo cardíaco más rápido.
Los datos claves de esta enfermedad
Según la Organización Panamericana de la Salud:
- La presión arterial alta igual o por encima de 140/90 mmHg es hipertensión.
- La hipertensión es el principal factor de riesgo para muertes por enfermedades cardiovasculares.
- Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en la mayoriía de los países de las Américas, y son responsables del 30% de loss fallecimientos en la región.
- Un alto consumo de sal, baja ingesta de frutas y vegetales, uso nocivo del alcohol e inactividad física son los principales factores de riesgo para tener hipertensión.
- La presión arterial alta combinada con el uso de tabaco, obesidad, diabetes o colesterol alto, aumenta aún más el riesgo de tener una enfermedad cardiovascular.
- A menos el 30% de la población de las Américas tiene presión arterial alta, y en algunos países ese porcentaje llega hasta el 48%.
Las personas con menos recursos socioeconómicos tienden a tener más riesgos de padecer enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Tienen menos acceso a la prevención o al tratamiento.
Cada año, millones de personas caen en la pobreza como resultado de los gastos en servicios de salud, vinculados a las complicaciones que les genera la hipertensión.
La reducción del consumo de sal a nivel de la población, es la intervención más costo- efectiva en salud pública para reducir la hipertensión.
La reducción de la sal combinada con una reducción en el consumo de tabaco podría prevenir un estimado de 3,5 millones de muertes en diez años.