La protección a la salud que deja de llegar por tuberías

La protección a la salud que deja de llegar por tuberías

La protección a la salud que deja de llegar por tuberías. Aunque poco más de la mitad de los hogares dominicanos recibe agua potable al menos tres días a la semana, los de mayor pobreza y por lo regular más urgidos de proteger la salud están en un 90% privados de que llegue al interior de los domicilios.

El líquido esencial para la vida no está en este momento igualitariamente disponible para los consumos saludables de la población a pesar de que hace más de un siglo que el país comenzó a disponer de redes para la conducción apropiada del agua potable.

Cuando el aprovisionamiento no llena requisitos, los pobres recurren a los almacenamientos descuidados que se convierten en criaderos del mosquito, vector de más de una enfermedad de alto riesgo.

A la hora de calcularles déficits a la civilización y al desarrollo social habría que tomar nota de las porciones ciudadanas que habitan periferias urbanas carenciadas o asentadas en bordes fluviales y despeñaderos que desafían las leyes de la física. Carne para el cañón brutal de los fenómenos atmosféricos.

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Las más de las veces, estadísticas bien llevadas como las que genera ENHOGAR, o Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples, ilustran suficientemente de los preocupantes perfiles de la desigualdad que el país no logra superar y que aparece en el origen de la propagación de enfermedades demasiado propias del subdesarrollo que algunos prefieren negar o recubrir de apariencias positivas.

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