En realidad se trata de un purgante siempre difícil de tragar, pues los paros hospitalarios siguen siendo un odioso método de lucha al que los médicos siguen aferrados. El próximo lunes regresarán las jornadas de protestas contra las ARS con un paro de doce horas en clínicas y hospitales, lo que volverá a provocar dificultades a los ciudadanos que pagan religiosamente sus seguros de salud, pues según el presidente del CMD, el doctor Senén Caba, las autoridades sanitarias los mantuvieron entretenidos desde el pasado mes de marzo en un diálogo que no arrojó resultados satisfactorios para el gremio y las sociedades especializadas que lo acompañan en su lucha.
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El problema está en que esas paralizaciones, con las que violan el derecho de la población a recibir un servicio de salud de calidad, tampoco garantizan esos resultados, por lo que se le está privando de ese derecho a cambio de nada. Pero eso no le importa al CMD y sus dirigentes, que se resisten a llevar sus reclamos a donde corresponde: el Consejo Nacional de la Seguridad Social (CNSS). Entretanto la respuesta de las autoridades sanitarias ha sido exhortarles a que regresen a la mesa del diálogo, exhortación a la que, puede anticiparse, no le prestarán atención, pues los médicos se sienten demasiado cómodos con un método de lucha que además los libra de tener que trabajar como Dios manda y les exige su responsabilidad como servidores públicos.
Si a los médicos, al igual que a los maestros que dejan de impartir docencia por cualquier quítame esta paja, se les descontaran de sus salarios las horas dejadas de trabajar, es probable que unos y otros lo pensarían mejor antes de llevar sus reclamos a esos extremos. Pero ningún gobierno, sin importar quién sea el inquilino del Palacio Nacional, le pondrá el cascabel a ese gato.
Y es una verdadera lástima que sea de esa manera, pero también la principal razón por la cual los ciudadanos estamos tan indefensos ante el luchismo desfasado de médicos y maestros.