LEONARDO DÍAZ JÁQUEZ
El día 4 de febrero se hizo el acto con el cual se finalizó la tercera etapa del Proyecto de Reforestación de la Cuenca Media del Río Masacre que desarrolla la Fundación para el Desarrollo de la Provincia de Dajabón (FUNDEPRODA), con la que se beneficiaron familias de las comunidades de Hipólito Billini, Las Tres Palmas y Villa Esperanza, del municipio de Loma de Cabrera, Dajabón.Este proyecto, que está en su tercer año de ejecución, se ha podido desarrollar gracias a los fondos que aporta el Programa de Pequeños Subsidios (PPS), del PNUD. En sus etapas anteriores, se trabajó en las comunidades Los Miches, Don Miguel, El Tamarindo, La Peñita Abajo y Capotillo, con un total de 675 beneficiarios, de los cuales 425 son hombres y 250 mujeres.
El río Masacre, a pesar de que se pasa a pie, es la fuente acuífera más importante de la provincia Dajabón, el cual suple de agua potable y para regadío a los municipios de Loma de Cabrera y Dajabón, los más importantes de la provincia, razón que motivó a los miembros de FUNDEPRODA a asumir el rescate de su cuenca como una necesidad perentoria. Muchas son las personas e instituciones, tanto del ámbito estatal como de la sociedad civil, que han colaborado con esta labor y no debemos desmayar hasta verla recuperada totalmente, con lo cual se incrementará la producción y la productividad agrícola de esa zona fronteriza.
El proyecto de referencia se viene ejecutando bajo la modalidad de integrar a los miembros de la comunidad que califican para el mismo (poseer por lo menos una parcela de 10 tareas y querer participar), teniendo como centro cinco componentes básicos, que son: Fortalecimiento institucional, educación ambiental, parcelas demostrativas, agroforestería y silvopastoril. Un total de 24 familias participaron de este proyecto, con alrededor de 120 beneficiarios entre directos e indirectos.
El componente de fortalecimiento institucional se fundamenta en la creación de comités de gestión locales, los que descansan en las organizaciones de base que ya existen en las comunidades seleccionadas y que son puntales básicos para el proyecto.
La educación ambiental es el componente que tiene como base la capacitación de los beneficiarios en aspectos de conservación del medio ambiente y en el manejo de recursos naturales, por medio de cursos, charlas, talleres y visitas a otros proyectos; procurando que los habitantes de esas comunidades se conviertan en agentes multiplicadores para mejorar su capacidad productiva y la conservación del medio ambiente. Por los efectos en la recuperación de la biodiversidad de la cuenca, estos proyectos han tenido un gran efecto demostrativo tanto para lugareños como para personas e instituciones regionales o nacionales.
El componente de agroforestería constituye, junto al de educación ambiental, la esencia del Proyecto pues sirve de acción reforestadora con la siembra de frutales, tales como: mango, naranja, aguacate, limón, cajuil; y de maderables, como pino, corazón de paloma, juan primero y leucaena. Además, es el componente que le da la característica de auto sostenibilidad al Proyecto, pues de poco serviría el esfuerzo realizado si los beneficiarios del mismo lo fueran tan sólo durante su ejecución; como está sucediendo actualmente, los frutos comienzan a florecer y ya hay familias que están percibiendo los beneficios de sus esfuerzos, unos cosechando los frutos que sembraron y otros aprovechando los árboles maderables. Esto está generando que nuevas familias y otras comunidades quieran que se les tome en cuenta para futuras etapas. Creemos que la semilla sembrada germinará y hará que lo iniciado por FUNDEPRODA sea reproducible de manera más fácil y que organismos como el PPS pongan en sus manos los recursos que se necesitan para multiplicar lo alcanzado hasta ahora.
El establecimiento de un vivero con capacidad para producir 18,000 unidades de plantas es uno de los elementos de sostenibilidad de estos proyectos y de la obra de recuperación de la capa vegetal de la cuenca del río Masacre. Otro aspecto importante a destacar es el establecimiento de huertos caseros que permiten a los beneficiarios la producción de hortalizas, frutales y flores, tanto para consumo propio como para la venta. Los proyectos de FUNDEPRODA son un ejemplo de sostenibilidad y de coexistencia de los seres humanos con los recursos naturales y tras varios años de enriquecedora experiencia se pueden apreciar los resultados de la inversión en la protección del medio ambiente.
En el acto de cierre de esta tercera etapa del proyecto se repitió lo que habíamos sentido en las dos anteriores y es que dejamos comunidades más conscientes de la importancia que tiene el medio ambiente para ellas y a sus habitantes más convencidos de que sus problemas fundamentales serán resueltos en la medida en que ellos asuman el compromiso de afrontarlos de manera colectiva sin esperar soluciones mesiánicas. Después de finalizado el proyecto, como organización, FUNDEPRODA le da seguimiento al mismo a manera de compañía, evitando a toda costa crear dependencia, pues creemos firmemente en que es más importante enseñar a pescar que regalar un pez.