Inicio una serie de artículos sobre la “Reforma Educativa Policial”, la cual me ha tocado, por azar de la vida, coordinar este proceso, desde agosto del año 2022, debido a la ausencia obligada de su responsable, mi amigo Roberto Santana. Creo que este es un proceso importante, trascendente y que ha provocado diversas y contradictorias reacciones de parte de la sociedad. Muchos de los llamados “líderes de opinión” han comenzado a criticar sin estar bien edificados; otros están observando el proceso con expectación; y muy pocos apoyan la iniciativa. Pienso que en mi condición de historiadora y participante activa del proceso, que ha documentado toda su participación, me corresponde escribir sobre mi experiencia; más aún, me siento obligada a hacerlo.
Todo este problema tiene un común denominador en América Latina y el Caribe: la violencia social, los homicidios violentos, las bandas y la corrupción policial. Un grave y preocupante problema para la región. Algunos países han iniciado sus procesos de cambio en los cuerpos llamados a la seguridad. Colombia y Brasil son los ejemplos más contundentes, por los cambios que se han producido al interior de sus filas, sirviendo de ejemplo e inspiración a otros países que buscan cambios.
Según fuentes de CEPAL, en Latinoamérica y el Caribe, para 2018, se calculaba que la tasa promedio de homicidios era de 21.5 por cada 100,000 habitantes. La interesante investigación escrita por el investigador Héctor Hiram Hernández Bringas, señala que para 2018, los países con los mayores indicadores de violencia eran Brasil, Colombia, México, Venezuela, El Salvador, Guatemala y Honduras.
La tasa de homicidios en esos países que entre jóvenes de 15 a 29 años alcanzaba las 64 víctimas por 100.000 personas, ese índice representaba el 47% del total de homicidios en esos países.[i] Con respecto a la realidad de homicidios el autor señala lo siguiente: “En los diez países que presentan la mayor incidencia de homicidios, las tasas entre varones de 15 a 29 años alcanzan niveles desproporcionados (…). Los homicidios de mujeres representan el 8% del total en América Latina y el Caribe. En la región, ser mujer joven también implica un mayor riesgo de ser víctima de homicidio. A nivel mundial, mueren casi 3 mujeres por cada 100.000 personas en las edades de 15 a 29 años (…) pero en América Latina y el Caribe, la tasa se triplica a un nivel de 10 por 100.000.”
¿Por qué en América Latina y el Caribe se ha incrementado la violencia y se han proliferado las bandas? La razón es muy simple: la pobreza y la falta de oportunidades, como bien señala el autor del estudio publicado por CEPAL: “Se ha propuesto que la pobreza y la desigualdad explican las altas tasas de homicidio, en la medida en que reducen las oportunidades de empleo, de educación y de consumo, además de la frustración social asociada con esos factores.”
Los datos antes mencionados reflejan que el problema de la violencia, la delincuencia, los vínculos de los órganos de seguridad con los delincuentes; son problemas estructurales de América Latina y el Caribe.
En el caso dominicano los datos eran superiores a los que promedió la región, aunque tuvo un comportamiento hacia la baja. El año con mayor índice de criminalidad fue el 2005 con una tasa de 26.32[iv] y en el año 2010 registró una tasa de 25.52, ambos datos por cada 100,000 habitantes. En el 2012 era de 22.84, y los años subsiguientes tuvieron una tendencia a la baja, por ejemplo, en el 2014 fue de 17.81 y en el 2018 de 10.05[v]. Durante esos años la República Dominicana estuvo por debajo del promedio de América Latina.
De acuerdo con un informe de la USAID, para los años 2021 y 2022, la tasa de homicidios bajó, aunque reconoce que prevalece la violencia. Estas son las cifras ofrecidas por el estudio:
• 1,043 personas perdieron la vida siendo víctimas de homicidio entre enero y septiembre del año 2022, 199 personas más que en el mismo período del 2021.
• Se estima que para finales del año 2022 la tasa cierre en alrededor de 13 homicidios por cada 100 mil habitantes, siendo la tasa más alta de los últimos 8 años.
• Entre enero y septiembre del año 2022 fueron víctimas de homicidio alrededor de 4 hombres cada día y una mujer cada dos días.
• Los homicidios de hombres se incrementaron en 25.7% respecto al período enero a septiembre 2021. Este aumento es tres veces mayor que en el incremento registrado para las mujeres en el mismo período (+8.5%).
• Igual que en 2021, uno de cada 2 homicidios registran como víctimas personas jóvenes (entre los 18 y 35 años).
• El arma de fuego continúa siendo el instrumento más utilizado para perpetrar los homicidios en 2022 (54%), seguido de las armas blancas (32%).
• Uno de cada dos homicidios en 2022 estuvo asociado con problemas por convivencia (riñas o rencillas).
• Uno de cada dos homicidios ocurre en el Distrito Nacional y las provincias de Santo Domingo y Santiago.
•Las provincias que concentran al total de víctimas de homicidios se ubican principalmente en la zona de la costa sur del país, así como el centro y, en menor medida, la costa norte. Estas se caracterizan por ser puntos de alto volumen poblacional y contar importantes puntos salida del país (puertos y aeropuertos)”.[vi]
Estos datos coinciden con el informe de “Insight Crime”, publicado el 1 de febrero de 2022, la mayor parte de los países de América Latina experimentó un aumento en los asesinatos, no así nuestro país. El informe analiza los datos de 24 países de la región. La República Dominicana finalizó el año 2022 son un promedio de 12 homicidios por cada 100 mil habitantes.[vii]
Recientemente salió una publicación en el periódico El Caribe sobre el aumento de la inseguridad. El artículo hace referencia a un estudio elaborado por el Directorio Legislativo que abarcó los meses de enero y febrero 2023. Con relación a la percepción del incremento de la inseguridad ciudadana, nuestro país, República Dominicana, ocupó el octavo lugar con un 54%; El Salvador cuenta apenas 2%, por encima de casi todos los países de la región. El país con mayor percepción de inseguridad es Ecuador con un 85%; le sigue Perú con 79%; Chile 71%; Costa Rica 65%, Panamá 64%; Guatemala 58%, Nicaragua 47%; Honduras 41%, entre otros. [viii]
Así pues, el problema de la seguridad es complejo y va más allá de una reforma policial, pero la confianza en las fuerzas del orden público es esencial para que la población se sienta segura. Una policía con mala percepción aumenta la sensación de inseguridad. Nos vemos en la próxima entrega.
[i]Héctor Hiram Hernández Bringas (2021). Homicidios en América Latina y el Caribe: magnitud y factores asociados. 05_LDN113_Hernández.pdf (cepal.org)
[ii] Ibid. P.124.
[iii] Ibid. P. 125.
[iv] República Dominicana – Homicidios Intencionados 2020 | Datos macro.com (expansion.com)
[v] Ibid.[vi] OP-Homicidios-ene-sept-2022-RD-ESP.pdf (infosegura.org)
[vii] Noticias sobre crimen organizado en el Caribe – InSight Crime
[viii] El Caribe, 28 de abril 2023, p.13