El 31 de octubre de este año 2017 se estará conmemorando el quinto centenario de la Reforma Protestante, un acontecimiento que, junto al Renacimiento, está vivamente subrayado sobre la línea que pone fin a la Edad Media y da inicio a la Edad Moderna.
El clima social que en todos los órdenes emergió con la Reforma Protestante motorizó cambios decisivos en toda Europa y en toda la historia de Occidente. El mapa político europeo fue alterado por el impacto de este acontecimiento. Novedades como la imprenta y otros inventos crearon un nuevo ambiente en el orden social de la época y no hay dudas de que surgió una nueva conciencia de la relación del hombre con Dios, con la vida y con toda su realidad.
En esta época nació una nueva forma de conocer y pensar que dio paso a una gran transformación, cuyo impacto en el aspecto religioso, político, cultural y económico de la humanidad ha sido enorme y continúa sintiéndose 500 años después.
Las instituciones modernas, incluyendo el Estado y gran parte del andamiaje político y jurídico en que se soporta la sociedad de hoy no se puede entender a cabalidad sino se apela a los principios fundamentales sobre los que se erigió la Reforma Protestante.
El gesto emblemático que da inicio a este movimiento fueron las 95 tesis de Martín Lutero posteadas el 31 de octubre a la entrada del Castillo de Wittenberg en Alemania. Estas tesis fueron más que una simple lista de consideraciones religiosas, ellas fueron un llamado al debate de las ideas, a la pluralidad de opinión, a la puesta en la agenda pública de ideas y creencias que por siglos permanecieron aplastadas por un sistema religioso intolerante que no admitía disidencia ni disputa.
El problema de Lutero era conocer cómo recibe el hombre el favor de Dios para alcanzar la salvación. Su búsqueda había sido desesperada y angustiosa. Sus lecturas habían sido intensas, agotadoras y torturantes. La respuesta, simple, pero iluminadora y convicente, la encontró directamente en la Biblia: “El justo por la fe vivirá (Romanos 1:17). El hombre es salvo por la fe. Este es el nuevo paradigma. Cualquier otro mecanismo para alcanzar la salvación es inútil. ¿Pero quién y dónde se afirma esto? es la pregunta crucial. Esto lo revela Dios mismo en su Palabra, la Biblia, única fuente de autoridad para explicar el plan divino para la salvación y establecer las normas y principios de convivencias por las que debe regirse el ser humano para alcanzar la vida plena.
En este verso bíblico está la clave de todo lo que en lo adelante hizo Lutero. Las 95 tesis fueron su entrada al escenario de lo que fue la Reforma Protestante. Con estas propuestas públicas, con este desafío en plena calle llamando a suscitar el debate se empujaban hacia el descrédito las ya vilipendiadas indulgencias, credenciales comercializadas por la Iglesia para otorgar la salvación por dinero y supuestamente librar las almas del castigo eterno.
Llama la atención que estas 95 tesis fueron resultado de un tormento de conciencia que había alcanzado en Lutero niveles de profunda y dolorosa crisis personal. Una crisis que encarnaba todo una época y su respuesta sintonizaba con inquietudes similares que surgían en otros puntos. Este estado de angustia llevó a Lutero a experimentar una conversión estremecedora y convincente que le dio un impulso vital. Se trataba de un asunto moral, de conciencia, de repercusión escatológica que los sacramentos religiosos de la Iglesia habían sido incapaces de responder.
Las 95 tesis de Lutero escritas en latín y tituladas “Cuestionamiento al poder y eficacia de las indulgencias” rápidamente fueron traducidas al alemán e impresas y circularon con gran profusión e impacto, no solo en Alemania, sino también en otras partes de Europa. La Reforma fue una convulsión humana colectiva, cuyos efectos aún no acaban medirse.
Actualmente en diversos países de Europa y América, con motivos de estos 500 años, se evidencia entre los protestantes un apreciable esfuerzo por darle el merecido esplendor a este memorable acontecimiento. Es notoria la publicación de nuevas biografías y títulos referidos a la Reforma Protestante y a sus principales líderes, al tiempo que se desempolvan o se reeditan publicaciones que abordan el tema.
En nuestro país la Universidad Nacional Evangélica, el Consejo Nacional de Confraternidades de Pastores Evangélicos (CONACOPE) y la Iglesia Evangélica Dominicana, entre otras organizaciones protestantes, despliegan diversas actividades de cara a la conmemoración para este 31 de octubre próximo del quinto centenario de la Reforma Protestante.