La resaca del año que se va

La resaca del año que se va

Fabio Herrera Miniño.

Concluye el año y nos deja a la población alborotada por la proximidad de las elecciones generales, tanto las municipales de febrero como las congresuales y presidenciales de mayo. Nunca se había visto a casi todos los sectores nacionales tan atentos a los candidatos como a sus ofertas y venta de promesas.

Las promesas se repiten y no añaden nada nuevo a sus posiciones, promesas y programas que son los mismos de años anteriores. Es como si la población no se acordara de tantas promesas pintadas en el aire y arrastradas por el viento hasta su disolución.

O sea, el 2023, en sus días finales, nos deja una resaca de las promesas y planes de Gobierno de los políticos. Estos pensando que van de nuevo a engatusar al electorado que quizás lo único que provoque sea una mayor abstención, cercano o mas del 40%.

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Los políticos oficialistas del PRM se ven asediados por una ácida campaña de denuncias y ataques que rayan en lo personal y se les nota atrapados por unos agresivos políticos que no aportan nada al certamen político y tan solo es para llenar de oprobios a los políticos oficialistas que han caído en las redes de esa estrategia de desesperarlos para ver los errores que cometen. Y los han cometido destacándose en el campo diplomático de como los haitianos mantienen a la defensiva a la opaca diplomacia dominicana enredada en las patas de los caballos de Ariel Henry con el asunto del canal del rio Masacre.

No hay dudas que ese canal es un evento provocador de angustias a las dos naciones por las latentes implicaciones agresivas que podrían degenerar en un conflicto de envergadura internacional. Y que ha estado relacionado por la acción unilateral de los haitianos de aprovechar las aguas del río Masacre para construir un canal de un metro cúbico por segundo sacando el agua del río Masacre sin ni siquiera discutirlo con los dominicanos para apoyarse en el acuerdo de 1929 donde claramente se especifica de como se compartiría el agua de los ríos fronterizos. Eso fue lo que se hizo en 1958 cuando los haitianos construyeron la presa de Peligre en el río Artibonito en donde la diplomacia de los dos países, bajo los regímenes dictatoriales de Trujillo y Magloire, se pusieron de acuerdo. Hoy esa presa es la que proporciona la mayor parte de la electricidad a Puerto Príncipe, aun cuando el embalse ya está lleno de sedimentos que ha limitado su utilidad.

Por otra parte el año concluye con muchas promesas y demostraciones de ineficiencia. Es el resultado de equivocaciones administrativas y de planes natimuertos que se anuncian y no se materializan.

El mal tiempo de noviembre sirvió para nuevas complacencias de las autoridades que permiten graciosamente los asentamientos humanos a orillas de los ríos y cañadas dando lugar a conjuntos de viviendas inseguras y sujetas a las fuerzas de las corrientes de agua que terminan siempre arrasando esas débiles estructuras que son culpa de complacientes autoridades pensando en votos y adhesiones políticas muy frágiles. Las autoridades en los pasados 62 años no han sido responsables en cuanto a impedir que las gentes utilicen las orillas de los ríos y carreteras para hacer viviendas prohibidas con la complacencia de quienes deben evitarlo.