Nueva Jersey. — El presidente Donald Trump reiteró el sábado sus críticas a los jugadores de la NFL que se manifiestan y retiró la invitación a la Casa Blanca al astro de la NBA, Stephen Curry, durante una serie de tuits que provocaron indignación entre estrellas del fútbol americano y el básquetbol, e incluso provocaron que LeBron James se refiriera al mandatario como “zángano”.
Trump comenzó con el anuncio de que Curry, el extremadamente popular base de los Warriors de Golden State y dos veces ganador del MVP, no era bienvenido en la Casa Blanca para la visita conmemorativa tradicional de los campeones. Posteriormente, el presidente reiteró sus declaraciones en un mitin de Alabama la noche anterior, en el que dijo que los jugadores de la NFL que se arrodillen durante el himno nacional deberían ser despedidos.
Los Warriors dijeron que les quedaba claro que no eran bienvenidos en la Casa Blanca. Señalaron que cuando visiten Washington esta temporada, en su lugar “celebrarán la igualdad, diversidad e inclusión — los valores a los que nos apegamos como organización”.
Curry había dicho que de ninguna manera quería ir a la Casa Blanca, pero los Warriors no habían tomado una decisión colectiva antes del sábado.
“¡Oye, zángano, (at)StephenCurry30 ya ha dicho que no va!”, tuiteó James, en un claro mensaje al mandatario — un mensaje que de acuerdo con funcionarios de Twitter fue compartido rápidamente en muchas más ocasiones que cualquier otra publicación que haya hecho el alero de los Cavaliers. “Así que no había invitación. ¡Ir a la Casa Blanca era un gran honor hasta que llegaste!”.
El gerente general de los Warriors, Bob Myers, dijo el sábado que se sorprendió con la decisión de que la invitación había sido retirada.
“La visita a la Casa Blanca debería ser motivo de celebración”, dijo Myers. “Así que queremos ir a Washington, D.C. y hacer algo para conmemorar lo que somos como organización, lo que sentimos, lo que representamos y al mismo tiempo dedicar a eso nuestra energía. En lugar de ver hacia atrás, queremos ver hacia adelante”.
“Estos no son tiempos normales”, añadió el coach de los Warriors, Steve Kerr, después del primer entrenamiento de la temporada para su equipo.
La más reciente incursión de Trump en el mundo del deporte inició el viernes en Alabama, en donde dijo que los jugadores de la NFL que no se ponen de pie cuando se toca el himno “hacen una falta de respeto total a nuestra historia nacional”.
Varios jugadores de la NFL, a partir de la pasada temporada con el entonces quarterback Colin Kaepernick, han optado por hincarse, sentarse o levantar los puños durante el himno en protesta del trato que la policía le da a la gente de raza negra, que consideran discriminatorio. Durante los juegos de NFL de la semana pasada, cuatro jugadores se arrodillaron o se mantuvieron sentados durante el himno, otros dos levantaron sus puños y varios más estuvieron junto a los manifestantes en señal de apoyo.
Otros jugadores han protestado en distintas formas desde la temporada pasada, desde que Kaepernick comenzó a sentarse durante el himno durante la pretemporada.
“Es una absoluta falta de respeto a todo lo que representamos”, dijo Trump, al alentar a los dueños a tomar acciones. “No les encantaría ver a uno de estos dueños de equipos de la NFL, que cuando alguien le falte el respeto a nuestra bandera, digan, ’saquen a ese hijo de perra del campo en este momento. ¡Fuera! Está despedido”.
El sábado, Trump reiteró su postura.
“Si un jugador quiere el privilegio de ganar millones de dólares en la NFL, o en otras ligas, no se le debería permitir que le falte el respeto a nuestra Gran Bandera (o País) de Estados Unidos, y debería ponerse de pie para el himno”, escribió en un par de tuits. “De lo contrario, ESTÁS DESPEDIDO. ¡Busca otra cosa que hacer!”
Varias estrellas y exjugadores del mundo del deporte se expresaron el sábado. Richard Sherman, de los Seahawks de Seattle, dijo que el comportamiento del presidente es “inaceptable y necesita ser atendido”. El comisionado de la NFL, Roger Goodell, respaldó enfáticamente a los jugadores de su liga al describir como “divisivos” las palabras del presidente, así como los propietarios de los Giants de Nueva York, John Mara y Steve Tisch, que también dijeron que las declaraciones del mandatario eran inapropiadas y ofensivas.
“Los comentarios divisivos como esos demuestran una desafortunada falta de respeto hacia la NFL, nuestro gran deporte y a todos nuestros jugadores, y una incapacidad para entender la abrumadora fuerza para el bien que nuestros equipos y jugadores tienen en nuestras comunidades”, dijo Goodell en un comunicado.