La Secretaría de Finanzas del 1J4

La Secretaría de Finanzas del 1J4

En la Agrupación Política 14 de Junio, las comisiones de Organización y Finanzas trabajaron estrechamente para asegurar la sostenibilidad operativa del movimiento. En ese orden, la Secretaría de Finanzas bajo la dirección de José Antonio Viñas Cáceres (Papi) y Frank Campos Villalón, en su condición de subsecretario de Finanzas, se encargó de planificar y ejecutar las actividades en las bases, proveyendo los recursos necesarios para llevar a cabo sus acciones. Esta relación de interdependencia garantizó que los recursos económicos en el 1j4 estuviesen disponibles para campañas de propaganda, cultura, asistencia social, movilización, transporte y actividades educativas, entre otras, relacionadas con los objetivos estratégicos de la organización.

A partir del relato de Fidelio Despradel en sus memorias, el papel de la Secretaría de Finanzas fue crucial en la capacitación de los dirigentes de la organización verde y negra, aportando los recursos económicos para “imprimir tres libros fundamentales: Los Fundamentos del Socialismo en Cuba, de Blas Roca, la Economía Política de Nikitin y los Fundamentos de Filosofía, de George Politzer. O sea, lecciones de política y socialismo, de filosofía y de economía política, como base de la formación de los cuadros”. Agrega Despradel Roque que “la primera tirada de estos tres textos fundamentales se hizo en el mes de febrero-abril de 1962, en cantidad de 3,000 ejemplares cada uno, una cantidad récord para aquellos años”.

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El entonces secretario de organización señaló, además, que en coordinación con ambas instancias “se alentó a los comités de la organización a adquirir las obras de José Ingenieros, novelas como La Madre de Gorki, Así se Templó el Acero de Nikolai Ostrovski, y muchas otras dentro de la amplia literatura revolucionaria y patriótica inspiradas en la lucha de los pueblos de mediados del siglo XX”. Tal como puede apreciarse, gracias a dicha coordinación se pudieron ejecutar las labores de formación, elaborando textos y materiales educativos a los fines de fortalecer los niveles de conciencia de sus integrantes.
Conforme a la planificación estratégica “en los comités y núcleos rurales, o semi rurales, considerados estratégicos, los dirigentes de más confianza en cada región seleccionaban un conjunto de jóvenes, los menos conocidos, para que participaran en los cursos de la Escuela de Cuadros y otros, en los círculos de estudio secretos impartidos por tres o cuatro cuadros escogidos para ello, entre los cuales destacaban Luis Genao Espaillat, Rafael Cruz Peralta, Roberto Duvergé, Hipólito Rodríguez y otros”. Entre los jóvenes que participaron en aquellos cursos, Despradel recuerda a “Rafael Chaljub Mejía, Rafael (Baby) Mejía, Orlando Mazzara, Virgilio Perdomo, Iván Rodríguez, Bienvenido Leal Prandy (La Chuta), Ulises Cerón y su hermano “Titico”, Enrique Montandon, Luis Parrish, Osvaldo Vásquez (El Chory), José Oviedo Landestoy, Lilo Coss, Enrique (Enriquito) Almánzar, Eligio Blanco Peña (El Pay), Eberto Lalane José, Euclides Morillo, Gregorio Hiciano, Raúl Pérez Peña, Reyes Saldaña, Mario Galán, Amaury Germán Aristy, Josefina (Piki) Lora, Sagrada Bujosa, Brunilda Amaral, Mercedes Ogando (Mercy), Teresa Espaillat, Aniana Vargas, Hugo García, Argentina Santana (Tona), Milagritos (diminutivo de una militante de La Romana), Grecia Segura y su hermana menor, Cristina Díaz, Rodrigo Lozada, Arnulfo Reyes, Homero Hernández, Xavier Mella Peña (Pichi), Mariana Espinal (Marinita), Germán Camarena (El Camarón), Federico Díaz, Sonia Macías, Rafael Tello, Raimundo Cuevas Sena, Jaime Capell Bello, Antonio Beato, Alejandro Sánchez, Guelo Reyes, Domingo (El “Estrallao”), entre muchas docenas más diseminados por todo el país”.

A sabiendas de que Finanzas estaba encargada de la logística de esas actividades, su rol fue fundamental en la gestión de recursos y suministros para sus militantes, los cuales en algunos casos “fueron enviados, posteriormente, a cursos político-militares en Cuba y China, e incluso Argelia y Francia (en este último país para cursos de lucha urbana, enmascaramiento y otras disciplinas)”. Ciertamente, la colaboración entre los departamentos dirigidos por Despradel y Viñas tenía como matriz el reclutamiento y afiliación de los miembros, de cuyos aportes económicos se sostenía principalmente el partido. En ese sentido, el carné del partido, definido por Raúl Pérez Peña como “una estampa de dignidad” fue una pieza clave, ya que en su contraportada se establecía el número de cuotas que cada militante aportaba a la organización.

Además de las contribuciones regulares que garantizaban un flujo constante de recursos a través de Organización, otras dependencias sirvieron para generar fuentes de financiamientos como por ejemplo la Comisión de Cultura, organizando obras teatrales o la de Asistencia Social que hacía rifas para recaudar fondos al tiempo de fortalecer el vínculo con las comunidades de apoyo. También apelaron a la Secretaría de Prensa y Propaganda para captar recursos por vía de la suscripción y venta de El 1J4, periódico que se convirtió en uno de los de mayor circulación en el país por medio del cual cientos de empresas privadas anunciaron sus productos en espacios pagados publicitarios.

Como en todo partido, en el 14 de Junio recurrieron a donaciones individuales. Al respecto Fidelio Despradel señala que para las manifestaciones “los medios de transporte colectivo eran escasos, y, además, la organización sólo contaba con los vehículos que le eran prestados por los colaboradores para trasladar a la capital a las decenas de miles de fervientes catorcistas que presionaban para que se les ayudara a trasladarse a la cita histórica en la capital de la república. Camiones, camionetas, carros, motores, por millares, se venían poniendo al servicio de cada comité para el traslado de los manifestantes”. El propio Despradel aportó su hogar paterno, en la Av. Bolívar #161 de Santo Domingo, para ser usado como “taller de impresión” de los materiales formativos.

Otra colaboradora destacada fue Josefina Peynado, cuya familia era propietaria del local que albergaba a la sede central del 14 de Junio. Vista en perspectiva, se debe resaltar la capacidad que tuvo José Antonio “Papi” Viñas Cáceres en la secretaría de finanzas, cuya gestión fue tan eficaz para gestionar recursos que el 1J4, conforme a su moral y ética revolucionaria, fue pionero en el país en solicitarle a la Junta Central Electoral que a los partidos políticos no debían entregarle recursos públicos, alegando la mala situación económica del pueblo dominicano. En la próxima entrega, abordaremos el funcionamiento de la Secretaría de Prensa y Propaganda.

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