La sentencia del TC

La sentencia del TC

Claudio Acosta

Cunde el pánico en nuestra partidocracia como consecuencia de la sentencia del Tribunal Constitucional que permitirá a las organizaciones sociales la presentación de candidaturas independientes, al margen de los partidos políticos, en todos los niveles de elección, lo que desde ya empieza a considerarse como una seria amenaza al sistema de partidos sobre el que se sustenta nuestra democracia.

Y aunque todavía, porque probablemente no acaban de asimilar el golpe y sus terribles consecuencias, sus dirigencias no se han expresado de manera formal sobre la decisión de la alta corte, digan lo que digan, hagan lo que hagan o propongan lo que propongan no podrán cambiar la decisión, simple y sencillamente porque no hay instancia a la cual recurrir aunque solo sea para protestar por el tollo, de imprevisibles consecuencias porque ha cambiado de un día para otro el panorama electoral.

Puede leer: Motoristas

¿Qué se espera que ocurra en las próximas elecciones a partir de esa decisión, que según lo que han adelantado algunos juristas abrirá las compuertas para que sea el dinero ilícito el que financie esas candidaturas independientes ya que las organizaciones que las postulen no estarán sujetas a ningún control? Literalmente, cualquier cosa. Desde la irrupción de un candidato populista que desbanque a los partidos tradicionales porque logró convencer al 64% de la población que no está satisfecha con la democracia según la encuesta de cultura política presentada este año por el Ministerio de Economía, y de ahí en adelante a Dios que reparta suerte, hasta la posibilidad de que la JCE, que tampoco ha opinado sobre la sentencia, se declare incapaz de organizar un proceso con tantas candidaturas y tantas boletas electorales.

Y no es hipérbole ni exageración sino un escenario en el que hay que ir pensando, sobre todo en un país donde tanta gente se cree presidenciable, y con derecho a salvar la Patria de las garras de los otros presidenciables que están en la fila esperando ansiosos su turno.

Más leídas