La terrible sequía que azota a las cuatro provincias de la línea noroeste lleva más de seis meses, afectando a la producción agrícola y la industria ganadera, sustento de la zona, que hoy reclama por ayunada gubernamental.
Si buscáramos culpables de este mal que afecta a las provincias de Valverde, Santiago Rodríguez, Montecristi y Dajabón, encontraríamos en los propios agricultores y ganaderos, que gracias a la permisibilidad del gobierno depredaron gran parte de los bosques, para la siembra de pasto o conuquísmo.
La ausencia de la lluvia por prolongado tiempo en la zona, trajo consecuencias, la producción agrícola ha sido nula, el ganado está falleciendo, hechos causado por la desforestación, que por décadas han realizado en toda la zona.
Sabemos que una gran parte del agua potable mundial proviene de zonas boscosas y millones de personas dependen del agua dulce de buena calidad que fluye de los bosques, pero aquellos productores no contemplaron esto.
Por ejemplo, los bosques de las provincias Santiago Rodríguez y Dajabón ubicado al noroeste de la cordillera Central han venido sufriendo grandes desmontes, llevándose los árboles que sostenían el agua de la zona y contribuían con la orografía, para que las precipitaciones fueran con mayor intensidad.
Cuando la población de la del país entienda que los bosques ayudan a mantener una elevada calidad del agua, influyen en la cantidad del líquido disponible y regulan el flujo de las aguas de superficie y subterráneas.
Además, contribuyen a la reducción de riesgos relacionados con el agua como desprendimiento de tierra, inundaciones y sequías y evitan la desertificación y la salinización.
Hoy necesita de la naturaleza, pues le niega el líquido preciado, pero no se percataron que devastando las florestas, acabarían en la sequía que les afectas.
Pasaran varios años y planes para que se vuelvan a forestar las montañas de la zonas, pero mientras pasan la crisis, el gobierno debe accionar a corto plazo, para así alivianar las angustias que hoy los inquieta.