Gonzalo Castillo logró desmontar la trampa tendida por ANJE a través de la invitación a los candidatos para participar en un supuesto “Debate Presidencial”; un encuentro que, en realidad, era una farsa montada junto a la oposición, con la finalidad de mostrar al candidato oficialista como un inepto para gobernar la nación.

La calva del señuelo se veía desde lejos. La Asociación Nacional de Jóvenes Empresarios (ANJE), narigoneada por el liderazgo opositor, buscaba encerrar a Castillo en medio de sus rivales aspirantes presidenciales, Luis Abinader, del PRM y Leonel Fernández, de la FP. Ni cortos ni perezosos, ambos aceptaron el lance. ¿Por qué?

Resulta inexplicable que Fernández quisiera discutir asuntos de Estado con Castillo, a quien el expresidente denomina “candidatura ilegítima” la de su homólogo y ex compañero del PLD. Acaso, en el curso del supuesto debate, ¿Fernández daría marcha atrás y reconocería la legitimidad de Castillo, lo que significaría, por supuesto, desarticular su justificación política de que perdió por fraude la nominación del PLD en la convención abierta del 6 de octubre? Fernández se apresuró en anunciar su presencia en el supuesto debate, porque se cree poseedor de la supremacía intelectual para humillar públicamente al aspirante oficialista. Y a ese plan se prestaba ANJE.

Mientras tanto, Abinader no tenía nada que perder urdiendo la trampa de ANJE para desmoralizar a Castillo. Buscando su primer empleo privado o público, la presidencia de la nación, el candidato del PRM

estaba dispuesto a eliminar en ese debate al contendor más peligroso, quien actualmente ensombrece sus planes de ganar en primera vuelta.

Gonzalo nada dijo respecto al debate, ciertos portavoces se agitaron favorablemente hasta que el presidente del partido, Temistocles Montás, dio luz verde. La trampa de ANJE quedó descubierta y desistió del montaje.