Los familiares de privados de libertad siguen su ritual de visitas a la Penitenciaría Nacional de La Victoria para saber su paradero, unos, y otros a llevar alimentos y prendas de vestir porque. dicen, están prácticamente desnudos desde el incendio del 18 de marzo.

El caso de Luis José Pimentel es especial: aunque estaba en la celda 1-2 donde se originó el fuego, ese día le tocaba audiencia y fue descargado. Sin embargo, ayer al mediodía seguía encerrado, mientras su padre caminaba de un lado a otro en los alrededores del penal con una copia de la sentencia que le deja en libertad para que se lo entregaran.

Pimentel exhorta al presidente Luis Abinader y a la Procuradora General de la República, Miriam Germán a que rompan la cadena de corrupción en las cárceles del país.

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Considera que la tardanza en dejar en libertad a su hijo no tiene otro motivo que los custodias cobrar a la familia.

Ernesto Recio Bello sufrió un accidente cerebro vascular (ACV) tras el incendio del que, afirmó, se salvó de casualidad. Fue llevado al hospital Francisco Moscoso Puello y regresado al Penal, donde ahora no puede valerse. Sus familiares solicitan a las autoridades la libertad de su pariente que se encuentra parapléjico. “Hay que bañarlo y darle los alimentos”, lamentan.

Explican que el hospital despachó a Recio Bello, de 44 años, pero casi no puede masticar, tiene la boca torcida y un lado sin movilidad. Ha cumplido ocho años de una condena de 15, puntualizan.

Carmen Fernández, envejeciente y con dificultades para caminar, buscaba información sobre su hijo Gustavo Fernández cumplía cuatro años encerrado en las celdas 3-4, arrasadas por el siniestro.

Desde el día del incendio, cuenta, no se ha cansado de buscar a su hijo en las cárceles donde han trasladados reos, sin recibir información. Sospecha que su vástago está dentro de los que perdieron la vida.

Adalina Marte, pariente de Eudy Antonio D´Oleo, asegura que pudo verle este martes, aunque de lejos.

Confirma que él recibió los alimentos y las prendas que le envió.

Marte lamenta que su pariente perdiera todo en el fuego. Sin embargo, agradece a Dios que se lo dejara vivo.

Lorenny Bonilla volvió a la Penitenciaría Nacional de La Victoria con la esperanza de ver a su pariente Lorenzo Bonilla. Confirma que se salvó porque estaba en la iglesia de la celda 5-6. Dice que no le ha visto, pero se ha comunicado con él y está bien.