La Victoria y una nueva voluntad. Cuando se dieron a conocer los detalles, nadie se llevó las manos a la cabeza. Todos sabíamos, teníamos muy claro, qué se estaba cocinando en el penal de La Victoria: el relajo en las redes fue, incluso, que se acabarían los sorteos fantasmas.
A falta de voluntad y coraje, La Victoria ha sido la delicia de quienes podían pagar para tener privilegios e, incluso, delinquir desde ahí dentro. Montones de reportajes y películas evidencian lo que sucedía pero a nadie le interesaba resolverlo -acaso por conveniencia- hasta que lo hizo la mujer de los ovarios blindados: la magistrada Miriam Germán, quien ha demostrado que la Procuraduría General sí podía.
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Aunque la magistrada tiene aún muchos pendientes porque sus retos son inconmensurables, su trabajo es una bocanada de aire fresco. ¡Es la primera vez que se adivina la intención de cumplir las reglas!
Nunca antes una requisa en La Victoria había culminado de forma tan victoriosa: desmantelaron un centro de retransmisión de Internet que funcionaba con fibra óptica, incautaron 508 celulares, 107 cargadores, 96 auriculares, 35 playstations, 8 inversores, 173 bocinas, drogas, electrodomésticos de todo tipo y, como colofón, hasta cigarrillos de contrabando. ¡Al negocio le han dado pa’ bajo! Ojalá que otros funcionarios sigan el mismo camino.