Obra de teatro LA VIUDA DE PADILLA, presentada en 1944 en conmemoración del centenario de la independencia en las Ruinas de San Francisco y auspiciada por la Universidad de Santo Domingo. La tragedia del poeta español Francisco Martínez de la Rosa escenificada en tres actos por el Teatro Universitario fue dirigida por Ruddy del Moral.
Protestas en la historia
El mundo se ha desenvuelto en la historia universal en batallas de las ideas y en batallas de sangre; batallas físicas y batallas morales. La protesta es una forma de batalla moral.
Existen muchas maneras de protestar. Algunos lo hacen con mucho ruido y otros optan por hacerlo de una manera sutil y a veces solapada.
Sermón de Adviento: Primera protesta en el Nuevo Mundo
En diciembre de 1511, cuarto domingo de Adviento, subía al púlpito de la iglesia de los dominicos en La Española fray Antón Montesino para pronunciar un memorable sermón, que se convertiría en una de las primeras y más radicales denuncias de los abusos de la conquista española.
Tal fue la indignación y los sentimientos de ira que terminada la misa, Diego Colón y los oficiales reales se dirigieron al convento de los dominicos para reprender al predicador.
Carta Pastoral
En enero de 1960 los obispos dominicanos en una carta pastoral marcó la ruptura de la iglesia católica con la dictadura de Trujillo :
“No podemos permanecer insensibles ante la honda pena que aflige a buen número de hogares dominicanos”. El documento del clero alertaba que millones de seres humanos “continúan viviendo bajo la opresión y la tiranía”. “No hay nada seguro para ellos ni para el hogar, ni los bienes ni la libertad, ni el honor”.
Traemos estos hechos a colación parangonando la reacción de Trujillo, cuando supo del contenido de la Viuda de Padilla.
El teatro como forma de protesta
Hacer teatro va más allá de escenificar un guión. Se trata de crear un diálogo con el público y hacerlo reflexionar, provocándole alguna emoción. Muchos piensan el mejor medio para protestar.
Saltando de la comedia a la tragedia, con un mensaje subliminal, es un método que ha sido empleado en varias latitudes en el pasado y podría ser herramienta valedera para manifestar inconformidades en el futuro.
La obra
La Viuda de Padilla, tragedia del poeta español Francisco Martínez de la Rosa (1789-1862), y publicada en 1814, alterando parcialmente los hechos, dramatiza un episodio sobre las bases de la rebelión de los “comuneros” de Castilla contra Carlos V (1520-1522), que el autor propone como portavoces de las libertades de los españoles frente al poder despótico representado por la monarquía.
La viuda de Padilla es doña María Pacheco, quien después de la muerte de su esposo, Juan Padilla, jefe del ejército de los “comuneros”, alzados contra el centralismo austríaco, se encierra en el alcázar de Toledo con su fiel Mendoza, que la aconseja y la guía. Impulsada por ciega exaltación contra la tiranía, incita a la población de Toledo a resistir a las tropas realistas que hace tiempo asedian la ciudad.
La situación es desesperada, y hasta el propio suegro de María, Pedro López de Padilla, aconseja la capitulación para evitar una matanza inútil. Pero, para María, la rendición sería una traición a la memoria de su marido, y está decidida. Incluso cuando el fiel Mendoza, que la ha secundado siempre, asustado por la rebelión de los jefes militares, intenta persuadir a la viuda para que se rinda, la heroica dama, comprendiendo la inutilidad del esfuerzo, antes que darse por vencida se suicida.
La Trinitaria
La Sociedad secreta “La Trinitaria” fue fundada en el año 1838 por Duarte y los trinitarios. Este se dio cuenta que era necesaria una activa propaganda que estimulara al pueblo para que se rebelara contra el abuso de los haitianos.
Los trinitarios lograron conmover al público al presentar “La Viuda de Padilla”; vino como anillo al dedo de un pueblo sometido y maltratado. Fue una luz que iluminó sus mentes y embraveció sus corazones.
La Viuda de Padilla presentada por el Teatro Universitario
La Universidad de Santo Domingo presentó la obra el 22 de febrero de 1944, en ocasión de la celebración del centenario de nuestra independencia.
No nos cabe duda que la intención de las autoridades universitarias, sobretodo la del vicerrector Bonilla era la de emular a los trinitarios para concientizar al Pueblo dominicano de la necesidad de buscarle una solución al oprobio de la dictadura trujillista.
Irónicamente, la organización de la presentación estuvo a cargo de la Guardia Universitaria Presidente Trujillo, institución paramilitar que se encargaba de darle seguimiento en la universidad a los desafectos del régimen. Hicieron un gran trabajo sin saber que estaban contribuyendo a un rechazo al régimen que defendían.
El acto tuvo lugar en las ruinas del Convento de San Francisco, monumento histórico, que evoca parte de la historia colonial. Ahí se oyeron las primeras lecciones dadas por españoles para implantar la cultura europea y la fe cristiana en las tierras en el mal llamado “Nuevo Mundo”.
Asistencia Oficial
A pesar de que el dictador era un actor eximio por naturaleza, sin embargo, no le agradaba el teatro. Por esa razón envió a representarlo a su esposa María Martínez, funesta Primera Dama, y a su hija Flor de Oro Trujillo. Igualmente asistieron representaciones diplomáticas acreditadas en el país, y funcionarios del gobierno.
El espectáculo
Espectadores emocionados interrumpieron con aplausos la excelente versión de la obra “La Viuda de Padilla”, dirigida por Ruddy del Moral, recién llegado al país huyendo de la guerra civil española.
Es necesario comentar acerca del brillante elenco, que participó en la obra, cuyo entusiasmo hizo suyo del Moral, por lo que su actuación fue admirable. Viéndolos en escena, dieron la impresión que estos actores que hacían pininos, se comportaron como profesionales.
Intérpretes
Josefina Padilla Deschamps, estudiante de medicina, conquistó inmediatamente a los espectadores, el difícil papel de “La Viuda de Padilla”. Josefina pudo, gracias a sus magníficos dotes, mantener durante toda la representación, el énfasis y el acento trágico que sin duda contribuyeron a revelarla como excelente actriz.
Rafael Augusto Sánchez Sanlley , estudiante de Derecho, interpretó el difícil personaje: Mendoza. Adscrito a la memoria de Padilla, comunero ajusticiado, compañero leal, que sobre el infortunio que padece Toledo, sitiada ésta por las fuerzas reales, mantiene la lealtad al servicio de la infortunada viuda. Sánchez hizo un excelente Mendoza, y junto con Josefina, hubo de merecer más de una vez los aplausos del público.
Es gracioso destacar que mientras discurrían los ensayos de la obra, las flechas pícaras de cupido jugueteaban animadamente alrededor de la viuda de Padilla (Josefina Padilla) y Mendoza (Sánchez Sanlley), hasta que al fin estos angelitos hicieron diana en el corazón de ambos, iniciándose un amor que duró toda la vida.
José Rafael Molina Ureña, encarnó el papel de Pedro López de Padilla. Pedro Laso de la Vega, noble caballero que une su suerte a la de su pueblo, fue encarnado, José Miguel Castaños Copello.
Hernando de Avalos estuvo caracterizado por Manuel Mena Blonda. La niña Silvia García Pulido, como hija de Padilla. Entre otros, Fortuna, Escudero de la Viuda, Augusto Luis Sánchez Sanlley; Miembro de la Junta de Toledo, Aquiles Melo; Capitán de Guardias Reales, Atilio León Sturla; Guardias Reales, Rogelio Arturo Pellerano, Francis Lizardo, Federico Pellerano Gómez, Enriquillo Rojas, Julio César Montolio; Pueblo, Margarita Tavárez, Norma Brache, Charlie Read, Mario Read, César Ramos, Luis Puello, José Ramón Martínez Burgos, Gustavo Wiese Delgado, Cristóbal Gómez, Jorge Martínez Lavandier, Joaquín Santana Veloz, Francisco Ml. Pellerano.
El mensaje velado dirigido a concienciar al pueblo dominicano fue captado por María Martínez y su disgusto lo transmitió de inmediato al dictador, ocasionando acciones de seguimiento y vigilancia a algunos de los actores, de manera principal a la viuda de Padilla y a Mendoza. Del Moral, temiendo por su vida, salió meses después del país.
La Viuda de Padilla fue viuda tanto en el teatro como en la vida real y los temores y ansiedades que torturaron a la dama de la novela fueron vivencias repetidas durante la existencia de Josefina Padilla Deschamps Viuda Sánchez.
Rafael Augusto Sánchez hijo