La institucionalidad no se limita a la existencia de estructuras gubernamentales, sino que radica en la aplicación efectiva de las normas establecidas.
En la República Dominicana, la noción de institucionalidad ha sido tan debatida como escurridiza. Para el sociólogo Cándido Mercedes, M. Sc., esta dimensión es fundamental en la búsqueda de un país más justo y eficiente.
En el marco de la serie «Si yo fuera Presidente», Mercedes ofrece su visión sobre el fortalecimiento institucional y la lucha contra la violencia institucional, especialmente a través de la inequidad salarial. Delinea un panorama donde las leyes existen, pero su aplicación efectiva es el verdadero desafío.
La institucionalidad, según Mercedes, no se limita a la mera existencia de estructuras gubernamentales, sino que radica en la aplicación efectiva de las normas establecidas.
Cita ejemplos como la Ley 340-06 sobre Compras y Contrataciones de Bienes, Servicios, Obras y Concesiones, aprobada en 2006, pero subutilizada en las últimas administraciones del Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
“Hoy, con la misma ley, Carlos Pimentel está haciendo una revolución ahí, porque se está aplicando, hay que mejorarla, pero mientras tanto vamos a aplicar la que hay. Eso es lo que se llama institucionalidad”, observa.
De ser el primer mandatario de la nación, Mercedes haría cumplir las leyes existentes para fortalecer el Estado de derecho.
Uno de los pilares fundamentales propuestos por el experto para fortalecer la institucionalidad es el cumplimiento de los pactos establecidos en la Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo, particularmente los pactos eléctrico, educativo y fiscal.
Aunque se ha avanzado parcialmente dice que, en un gobierno suyo, la implementación completa de estos pactos sería primordial, especialmente en áreas como la educación y la competitividad económica.
El fortalecimiento institucional no solo implica la aplicación eficaz de las leyes, sino también la lucha contra la corrupción y la impunidad: “Si la corrupción es un cáncer, la impunidad es el Alzheimer.
Corrupción e impunidad van ligadas al fortalecimiento institucional. El problema no es tener leyes, sino que se apliquen esas leyes”.
Considera que el pacto fiscal debió comenzarse a discutir en el 2013.
“Nadie quiere tocarlo, porque no quieren afectar intereses. Un presidente está ahí para dirigir, para cumplir la ley”.
Mercedes destaca una baja perceptible en la corrupción reflejada en mejoras en el reporte del Foro Económico Mundial: “Bajamos 22 puntos, de la posición de 104 a la 82 en el Índice de Competitividad Global” y en el reporte Doing Business, “del 115 bajamos a 95, de 190 países. Eso implica que la corrupción ha venido disminuyendo”.
Argumenta que los inversionistas tienden a evitar destinos afectados por crisis de gobernabilidad, alta conflictividad y violencia exacerbada.
Estima que el país se encuentra en una etapa favorable. Al respecto expresa: “Estamos en ese tramo bueno, donde la corrupción ha ido disminuyendo un poco, la justicia está avanzando un poco y el problema de la impunidad, porque el problema no es la corrupción en sí, el problema es si hay impunidad”.
Una justicia lenta y costosa
Sin embargo, señala que aún persisten desafíos como la lentitud y costos de la justicia, que afectan desproporcionadamente a los más desfavorecidos. “La justicia aquí es costosa y es lenta, es súper lenta, por eso el 67 % de los presos son preventivos, y el 98% de esos presos son pobres”.
“Yo estoy de acuerdo con que al exprocurador General de la República Jean Alain Rodríguez y toda esa gente que está siendo procesada judicialmente le hayan variado la medida de coerción por prisión domiciliaria, pero que hagan lo propio con los pobres”, propugna.
Violencia institucional
En cuanto a la violencia institucional, pone de relieve la inequidad salarial como una manifestación clara de esta problemática. “Ahí hay gente que están cobrando RD$400,000 que no llegan a 60 años de edad”.
Ejemplifica cómo funcionarios de alto rango, como los jueces de la Suprema Corte de Justicia, pueden jubilarse con sueldos completos, después de solo unos pocos años de servicio, mientras que otros empleados públicos deben cumplir largos periodos laborales y de edad para acceder a beneficios similares.
Señala que la Ley 105-3 establece el máximo salarial de RD$400,000.00 para el o la presidente, vicepresidente de la República, presidente del Senado, Cámara de Diputados, de la SCJ y del Tribunal Constitucional (TC), “pero el presidente del Tribunal constitucional ganaba RD$733,000.00“.
Asimismo, observa que los dos vicepresidentes devengan RD$655,000. Los demás miembros, RD$629,000 cada uno. “Ellos mismos se pusieron esos salarios y se indexaban todos los años. Eso se llama violencia institucional”.
“Moscoso Segarra se jubiló hace 7 años, con una pensión de casi RD$400,000.00. Mariano Germán está en su casa con una pensión de RD$450,000.00 de por vida. Pero eso no es lo peor, si él se muere, esa pensión le toca a su esposa”. Acota.
Argumenta que esta disparidad salarial refleja una injusticia flagrante y perpetúa un ciclo de desconfianza en las instituciones y el sistema político en general. Si fuera presidente, Mercedes haría reformas significativas en el sistema de jubilaciones para garantizar una distribución equitativa de los recursos.
El protagonista Sociólogo destacado
Un Pigmalión positivo
Cándido Mercedes es un sociólogo de renombre con una trayectoria excepcional en el ámbito académico y empresarial. Durante más de tres décadas ha desempeñado roles destacados en instituciones líderes, incluyendo INTEC, UCE y UASD.
Como director de la carrera de Administración de empresas en INTEC y Coordinador de maestrías en Administración y Gestión Humana en la UCE durante 20 años, ha dejado una marca indeleble en la formación de profesionales en gestión empresarial.
Además, como catedrático de la UASD, ha compartido su experiencia y conocimientos en sociología con una generación de estudiantes.
Desde 1988 hasta 2020, Mercedes impartió cátedra en maestrías en alta gerencia, finanzas corporativas y gestión humana en INTEC, consolidando su experiencia en el ámbito académico. Su compromiso con la excelencia se extiende a su trabajo como consultor en áreas clave como gestión humana, clima organizacional, negociación y conflictos, entre otros.
Mercedes es reconocido como un analista político-social perspicaz, cuyos conocimientos en comportamiento organizacional y ética empresarial han sido fundamentales para guiar a organizaciones hacia el éxito y la responsabilidad social.
Su contribución a la academia y la consultoría lo posicionan como un líder de pensamiento en el campo de la sociología aplicada y la gestión empresarial.