La vocación de servicio del servidor público

La vocación de servicio del servidor público

J. LUIS ROJAS

La primera característica de la administración pública es servir a los intereses, satisfacer las necesidades y expectativas de los ciudadanos-clientes, mediante la prestación de servicios con calidad. La satisfacción de los intereses colectivos se realiza fundamentalmente a través de los servicios públicos que brinda la Administración pública, la cual se sustenta en políticas, procesos, normas, procedimientos, entre otros mecanismos.

En cualquier parte de mundo, un servidor público debe conocer y poner en práctica la vocación de servicio. Además, se espera que todos los que trabajan en la Administración Pública sean personas con competencias duras y blandas para realizar distintas tareas en el ámbito gubernamental. El buen servidor público se empeña en satisfacer las necesidades de los ciudadanos/clientes, ejerce la amabilidad en todo momento, lugar y circunstancia. También,

practica la comunicación asertiva, cultiva el pensamiento positivo e inclusivo, es sano emocional, espiritual y socialmente.

En términos generales, el servidor público es un ciudadano que siente y expresa aprecio y respeto por todas las personas, sin importar el estatus socioeconómico, preferencia política y creencias religiosas de ellos. La vocación de servicio es el factor sustancial de los servicios públicos. El servidor público empoderado respeta los procesos, políticas, normas y procedimientos que rigen la Administración pública. Su mayor satisfacción es servir a los demás, no el monto de su salario.

La vocación de servicio en la Administración pública de RD es escasa. No es lo mismo ni es igual estar en la nómina publica que ser un servidor público con probada vocación de servicio. En el Estado dominicano, el clientelismo político supera los criterios objetivos y científicos para reclutar y seleccionar al talento humano de las entidades públicas. Lo lógico y racional es que quien ofrece un servicio público, lo haga con autoridad, ética, empatía, responsabilidad, profesionalidad, empatía, pero sobre todo con mucha cortesía.

En la mayoría de las instituciones del Estado dominicano, los servidores públicos carecen de lo esencial de la vocación de servicio. Además, olvidan de manera deliberada y por intereses mal sanos, que su función sustancial consiste en conocer y satisfacer las expectativas y necesidades de los ciudadanos-clientes, sin importar las condiciones sociales, económicas y políticas de cada uno de ellos. La vocación de servicio en la Administración públicas es cumplir las funciones y tareas asignadas con responsabilidad, puntualidad, compromiso, empatía, entusiasmo, disciplina, empoderamiento, ética y profesionalidad.

Un ejemplo fehaciente de la ausencia de vocación de servicio en la Administración pública, es la continua actuación y actitud que asume el talento humano directivo y ejecutivo que labora en las distintas instituciones que integran el Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS). Entiéndase, el Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS), la Gerencia General de la seguridad social, la Superintendencia de Pensiones (SIPEN), la Dirección General de Información y Defensa de los Afiliados a la Seguridad Social (DIDA), la Dirección General de Jubilaciones y Pensiones (DGJP), el Ministerio de Hacienda (MH), entre otras. Los susodichos servidores públicos piensan, deciden, actúan y hablan más como defensores de los intereses del sector privado, que de los derechos de los afiliados.

La burocracia inservible y los conflictos de intereses que rodean a la Administración pública dominicana, son, sin duda, fuerzas restrictivas que limitan la presencia de la vocación de servicio sana y productiva en muchas entidades públicas. Como se sabe, la vocación de servicio es una competencia blanda transversal, un valor y una actitud que se aplica en todo lugar, momento, circunstancia y en los diferentes tipos de relaciones humanas: familiar, laboral, profesional, social, de amistad, docente, etcétera. Los insumos sustanciales en los que se sustenta la vocación de servicio del servidor público, son: la ética, asertividad, inteligencia emocional, cortesía, empatía, discreción, honestidad, vocación de justicia, lealtad, solidaridad, sinceridad, compromiso, integridad, entre otros.

Los servidores públicos que practican la vocación de servicio, se caracterizan y distinguen por los siguientes atributos: dan trato humano a todas las personas con las que se relacionan, entienden las necesidades y expectativas de los ciudadanos-clientes, desarrollan habilidades y aptitudes como la comprensión, paciencia, amabilidad y empatía. Además, ofrecen informaciones oportunas, completas y claras. Se empeñan en conocer la institución para la que laboran, procuran que sus servicios sean recibidos con satisfacción. Tienen una actitud solidaria y espíritu de colaboración ante las necesidades de los compañeros de trabajo. No hacen daño, son solidarios, respiran paz y dan amor.

Los servidores públicos que practican la vocación de servicio, se empeñan en realizar sus tareas con calidad, compromiso y cortesía. Además, ellos saben trabajar en equipo. Son eficaces y eficientes gestionando las situaciones que pudiesen afectar la prestación de servicio. Asumen la calidad y la satisfacción de las necesidades de los ciudadanos-clientes como cultura de vida.

Se sienten bien cuando ayudan sin esperar nada a cambio.

Los servidores públicos con vocación de servicio siempre están felices, positivos y empoderados. Piensan, deciden, actúan y hablan en función de la satisfacción de los ciudadanos/clientes. Son negociadores innatos y evitan los conflictos. Hacen lo posible e imposible por satisfacer las necesidades y expectativas de los ciudadanos/clientes. Tienen un marco referencial holístico de la institución para la que laboran. Además, ponen en práctica la comunicación asertiva, son sinceros, colaborativos, éticos, no mienten ni manipulan la realidad de los hechos.

En muchas de las instituciones del Estado dominicano, sus servidores públicos, específicamente los que laboran en el ecosistema de la seguridad social, son apáticos, desconocen el régimen ético y disciplinario de la Administración pública, carecen de cortesía, no son solidarios, ignoran las necesidades y expectativas de los afiliados, son intolerantes, ofrecen informaciones imprecisas, carecen de vocación de servicio y justicia. En pocas palabras, son demonios disfrazados de ángeles. En definitiva, son servidores públicos podridos, a los que poco les importa el bienestar y el estado de ánimo de los ciudadanos-clientes.

Para ello, basta con observar las opiniones, posiciones, actitudes y poses mezquinas y excluyentes, asumidas por los representantes de la SIPEN, la DIDA, la DGJP y del Ministerio de Hacienda, en la más reciente reunión consultiva de la Comisión Permanente de Pensiones (CPP), la cual fue solicitada el 19 de agosto de 2024 por el Movimiento de las Pensiones de los Servidores Públicos (MOPESEP), la que con muchas insistencias se llevó a cabo seis meses después. Es decir, el martes 4 de febrero de 2025. En la referida reunión, fue penosa, lastimosa, miserable y vergonzosa la actuación gelatinosa y subjetiva asumida por el señor Juan Antonio Estévez González, viceministro del Ministerio de Trabajo y presidente de la CPP, así como la del director de Políticas del Seguro de Vejez, Discapacidad y Sobrevivencia de la Gerencia General del CNSS, licenciado Pedro Alcántara.

El MOPESEP estará rogando y orando al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, para que el presidente de la Comisión Permanente de Pensiones (CPP), señor Juan Antonio Estévez y el licenciado Pedro Alcántara, no continúen violando derechos adquiridos, constitucionales y laborales a un segmento de los trabajadores del sector público dominicano. Ellos insisten y persisten en ignorar los considerandos de la Resolución No. 572-07, los cuales están sustentados en la Ley 379-8, en los artículos 35, 38 y 39 de la Ley 87-01, así como en la Ley 41-08, los que obviamente favorecen a los servidores públicos que por múltiples razones se vieron obligados a retirar parte de los ahorros que tenían acumulados en sus respectivas cuentas de capitalización individual. Ojalá que la supuesta y lenta investigación realizada al respecto  por el área que gestiona Pedro Alcántara, sea justa, objetiva y refleje la vocación de servicio que debe caracterizar y distinguir a un servidor público con valores y principios éticos.       

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