La Zona Colonial: crónica de un desastre en proceso

La Zona Colonial: crónica de un desastre en proceso

Con mucho orgullo tenemos una Zona Colonial que fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, y con eso, pareciera que no entendemos lo que significa; no sólo se trata de un reconocimiento, también de una responsabilidad de conservación.

Nuestra Ciudad Colonial, a la que llamamos La Zona, cuenta con mucho más estructura e historia que muchas de las islas de la región, a pesar de que ser conservacionistas no ha sido nuestro fuerte, al contrario, la dominicanidad se ha destacado por borrar la historia más que por preservar como se merecen nuestros monumentos. De esta ciudad capital se han desaparecido glorietas de parques, fuentes, estatuas de personajes históricos, murales de pintores destacados, entre otros.

Pero ya estamos cruzando el límite del descuido con los arreglos actuales de remozamiento de la Zona Colonial que están siendo agresivos, despiadados y mal planificados.

Si comparamos los rescates de la Habana Vieja, manejados bajo un concepto colaborativo con la comunidad, vemos mejores resultados, a pesar de que se trata de un proceso mucho más lento por las razones económicas de Cuba. En nuestro caso, se supone que deben trabajar en conjunto el Ministerio de Turismo, la Alcaldía del Distrito y el Ministerio de Cultura, mediante la Dirección de Patrimonio Monumental, sin embargo, a juzgar por la situación que se vive en el área, es evidente que no existe tal coordinación.

Lo primero es, que una zona turística y comercial de esa índole no se interviene simultáneamente con esta agresividad en términos de rehabilitación estructural. Sencillamente, era seguir el ritmo como se estuvo haciendo, donde se lidiaba con una incomodidad manejable, que no paraba la actividad comercial. Se puede también aprender de Europa, que conservan ciudades bien antiguas y siempre hay una edificación o barrio en remozamiento.

Estamos hablando de un lugar donde sólo en salas de teatro hay cinco,  varias iglesias, parques, además de bares con música en vivo y presentaciones artísticas, museos, hoteles, restaurantes y monumentos de importancia ¿Cómo es que el Ministerio de Cultura haya permitido poner en riesgo el desarrollo cultural y la inversión privada que existe? Para colmo, hemos visto que en espacios ya “remozados” siguen sin soterrar el cableado eléctrico y para colmo el aberrante uso de materiales como el cemento gris para “empañetar o reparar “edificaciones antiguas, o más bien, dañarlas.

Sin dejar de mencionar el remozamiento de la Puerta de la Misericordia, que deja mucho que desear porque empañetaron las piedras quitándole su esencia al monumento, y ni decir del Fuerte San Gil, que está abandonado a su suerte con olor a pis y a caca, cañones coloniales en el suelo y también hoyos empañetados con cemento gris.

Otra obra abandonada y llena de rumores es el parqueo del Conde, el cual, fue anunciado como parte del proyecto “Parquéate Bien” de la Alcaldía, que contemplaba remozamiento de parqueos municipales y construcción de otros nuevos. Resulta que el edificio de parqueos que existía fue demolido, pero aún no se empieza a construir el moderno parqueo que iría ahí, mientras se corre el rumor de que quieren construir un edificio en ese codiciado espacio que nos pertenece a todos y todas.

Otro de los grandes problemas, incomprensibles, es que el declive natural de las calles hacia el Malecón, que es la forma de desagüe más óptima; se ha perdido en algunas de las calles remozadas, lo cual está generando frecuentes inundaciones.

Ya, la teoría conspiranoica que rueda es que hay intereses de hacerle la vida difícil a quienes habitan o tienen comercio en La Zona, con tal de que se vayan de la misma. Entiendo que sería una idea demasiado macabra y siniestra, posición que me resisto a creer, pero bondad en todo este desorden tampoco puede haber. Al final, las diferencias entre políticos y la incapacidad de trabajar en equipos nos salen muy caras a la población.

La Zona es nuestra y del mundo, y de todas las personas que deseen ir a visitar y disfrutar, no es justa tanta barbaridad, para nadie.