Desde 1995 la República Dominicana cuenta con la Ley número 8-95 que declara como prioridad nacional la Promoción y Fomento de la Lactancia Materna. Sin embargo, las estadísticas establecen que solo el 7.8 por ciento de las madres dominicanas lactan a sus hijos e hijas durante sus seis primeros meses de vida, lo que supone uno de los índices más bajos de toda la región.
La cifra fue ofrecida recientemente por la especialista en nutrición Tamara Díaz durante su participación en un acto formativo organizado por la Fundación Corazones Generosos, donde además precisó que a esta circunstancia se suma que alrededor del 30 por ciento de las mujeres dominicanas embarazadas padecen anemia, debido a la baja cantidad de hierro presente en la alimentación.
En ese sentido, de acuerdo a una publicación del especialista en bioquímica y nutrición clínica, Jimmy Barranco, además de una buena alimentación durante el embarazo, la madre que lacta debe consumir una dieta sana y equilibrada, a base de cárnicos, lácteos descremados, frutas, vegetales, granos integrales, aceites vegetales y al menos ocho vasos de agua al día.
Los alimentos que las madres deben evitar. El médico ofrece algunas sugerencias de cuál debe ser la ingesta de la madre que lacta, y explica por qué deben eliminarse o limitarse algunos alimentos que pueden afectar la salud del bebé, y dice que:
1- En algunos niños el huevo, trigo, maíz, pescado, maní, nueces y soya pueden causar alergias, provocando: irritabilidad, vómitos, diarrea, sarpullidos, urticaria y congestión nasal. Algunas de las proteínas de estos alimentos se pueden “escapar” y pasar a la sangre, provocando alergia.
2- Cuando la madre consume pimienta, chile u otros alimentos picantes, los bebés suelen sufrir más cólicos.
3- Repollo, brócoli, coliflor, habichuelas, garbanzos y guandules podrían provocar flatulencia y cólicos en el bebé. La cebolla, ajo, alcachofa, cítricos y coliflor, pueden alterar y cambiar el sabor de la leche, provocando el rechazo del bebé.
4- La madre mientras amamanta no debe consumir más de 6 onzas a la semana de camarones, salmón y atún enlatado; evitando aquellos pescados con alto contenido de mercurio (tiburón, pez espada, macarela, etc.), un metal neurotóxico para el bebé.
5- Eliminar los hábitos tóxicos: a) Si la madre consume cafeína, ésta aparece rápidamente en la leche materna (1 hora – 1.5 horas más tarde). La cafeína, presente en el café, té, refrescos, chocolate y algunos medicamentos, puede provocarle insomnio, nerviosismo e irritabilidad al bebé, quien metaboliza la cafeína más lentamente que su madre.
Barranco no se queda ahí y también detalla cuáles alimentos y bebidas deben ser evitadas por las madres lactantes. Afirma que consumir de una a dos tazas de café al día no le haría daño al bebé, pero aclara que es mejor evitar la cafeína o, al menos, reducir su consumo mientras se lacta.
Agrega que el alcohol es perjudicial para el desarrollo del cerebro del bebé. El alcohol ingerido pasa rápidamente a la leche materna (30 a 60 minutos después de su consumo) y altera su olor, por lo cual el bebé la rechaza.
No obstante, la realidad indica que muchas madres no llevan controles estrictos al momento de lactar, con lo que se podría decir que se violenta el artículo número uno de la ley de promoción de la lactancia materna que establece que: «la lactancia materna es indispensable para garantizar un sano desarrollo y crecimiento de los niños y niñas, quienes reciben de su madre no sólo los nutrientes necesarios, sino también protección inmunológica y apoyo socio-afectivo».
¿Qué dice Enhogar? De acuerdo a la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (Enhogar) 2014: Informaciones sobre la infancia, la adolescencia, la mujer y los ODM, realizada por la Oficina Nacional de Estadística (ONE), los servicios de salud se están encareciendo en el país por la elevada proporción de madres que no dan el seno a sus hijos.
Según el referido estudio, el porcentaje de niños y niñas que tiene lactancia exclusiva hasta los seis meses ronda el 4 por ciento, lo que significa que el 86 por ciento de los niños que nacen son alimentados antes de los seis meses con leche de fórmula y no con leche del seno de la madre.
Esto ocurre así pese a que está demostrado científicamente que los recién nacidos que son alimentados exclusivamente con leche materna antes de los seis meses, corren menos riesgos de contraer algún tipo de enfermedad infecciosa, por lo que debido a la alta cantidad de infantes que no son lactados los gastos por salud tienden a elevarse.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), por ejemplo, explica que la lactancia materna es la forma ideal de aportar a los niños pequeños los nutrientes que necesitan para un crecimiento y desarrollo saludables.
Precisa que prácticamente todas las mujeres pueden amamantar, siempre que dispongan de buena información y del apoyo de su familia y del sistema de atención de salud.
Además, recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida de los y las recién nacidos y nacidas, mientras que posterga la introducción de alimentos (apropiados para la edad) a partir de entonces, y el mantenimiento de la lactancia materna hasta los dos años o más.
Otros beneficios de la lactancia materna. Pero los beneficios de la lactancia materna van más allá de un mejor estado de salud. De acuerdo a un estudio brasileño publicado recientemente en la revista The Lancet Global Health, una lactancia de larga duración podría contribuir a una mayor inteligencia, una escolaridad más larga y mayores ingresos en la edad adulta.
Citando la investigación, los niños y niñas alimentados y alimentadas con el pecho materno durante un año tendría un coeficiente intelectual cuatro puntos superior a los amamantados menos de un mes.
Empero, todavía hay muchas madres que prefieren dar a sus bebés leche de fórmula, y una de ellas es «Juana», quien ya tiene tres niños y explica que nunca ha podido amamantar a sus hijos debido a que «no da leche», aunque reconoce que ha hecho poco esfuerzo por lactar, ya que debe trabajar.
«Las tres veces que he dado a luz le he dado leche de fórmula a mis hijos porque los medicamentos que he tomado para que no se me infecte la cesárea me secan la leche», puntualiza esta madre de a penas 35 años, quien reconoce que desde el embarazo su ginecólogo le recomendó lactar.
«Juana» es una de esas madres que se han quejado de que en muchos centros de salud, al llevar su bebé a la primera cita con el pediatra, se le ha recomendado darles leche de fórmula, lo que no coincide con las indicaciones dadas en la ley 8-95.
La pieza legislativa dicta que desde el Estado se desarrollarán programas dedicados a incentivar:
a) La lactancia materna exclusiva en los primeros seis (6) meses del nacimiento.
b) La lactancia materna hasta los dos (2) años, con alimentación complementaria.
Ante esta disposición, la misma ley explica que el Gobierno dominicano fomentará la práctica de la lactancia materna, mediante la coordinación de los organismos señalados y la Comisión Nacional de Lactancia Materna a través de:
a) Coordinación de campañas periódicas de difusión y educación masiva a través de todos los medios de comunicación, a nivel nacional.
b) Creación de grupos de apoyo, a nivel nacional integrados por profesionales médicos y de otras áreas, al igual que padres y madres de familia;
c) Establecimiento de comités intrahospitalarios en todos los hospitales del país pertenecientes a la Secretaría de Estado de Salud Pública y Asistencia Social (SESPAS), al Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS), la Secretaria de Estado de las Fuerzas Armadas (FFAA), y clínicas de maternidad privada, a fin de llenar las necesidades de la población atendida.
Sin embargo, hay muchos pediatras que no están de acuerdo con el planteamiento de «Juana», aunque esto no representa la generalidad de los casos.
Pero no toda la responsabilidad es del Estado. En la ley se establece como necesario el fomento a la lactancia en el país y afirma que las secretarías de Estado de Salud Pública y Asistencia Social (SESPAS) y de Trabajo, (en la actualidad ministerios) conjuntamente con el Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS), velarán por el cumplimiento efectivo de las disposiciones del artículo 240 del Código de Trabajo, a fin de que, en todos los establecimientos industriales del país, se asignen los espacios físicos con el objeto de que las trabajadoras puedan amamantar exclusivamente a sus hijos e hijas recién nacidos (as) hasta los seis meses de edad.
Empero, son pocas las empresas que poseen un espacio físico destinado a estos fines, y mucho más escaso que las madres tengan acceso a ejercer el derecho que les otorga el artículo 240 del Código de Trabajo de la República Dominicana que dice: «Durante el período de lactancia la trabajadora tiene derecho, en el lugar del trabajo, a tres descansos remunerados durante su jornada, de veinte minutos cada uno, como mínimo, con el objeto de amamantar al hijo».
Y es esta debilidad, aún existente, otra de las causas de que muchas madres tengan que optar por no lactar o lactar por poco tiempo a sus bebés.
«En ninguna de las entidades que he trabajado se me ha informado de que tengo derecho a tres descansos durante el período de lactancia de mi bebé», manifiesta «Juana».
Una de las disposiciones que se podría decir que tiene algún nivel de respaldo, es la consagrada en el artículo 13 de la citada ley.
«La Secretaría de Estado de Salud Pública y Asistencia Social (SESPAS) y los organismos estatales precedentemente citados coordinarán, conjuntamente con la Comisión Nacional de Lactancia Materna, la puesta en práctica de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), para la protección, fomento y apoyo de la lactancia materna: a) Con clínicas y maternidades privadas y públicas, b) Con organizaciones no gubernamentales de carácter comunitario», reza esta disposición que se puede ver concretizada en los diferentes programas y actividades realizadas en favor de la lactancia materna.
En miras a lograr mayor promoción de la lactancia materna en el país, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha realizado encuentros con comunicadores y periodistas del Círculo de Periodistas de Salud (CIPESA) para hablar acerca de la importancia de la lactancia materna exclusiva y la situación de la mortalidad materno-infantil en el país.
Asimismo, existen en República Dominicana instituciones sin fines de lucro que trabajan para lograr madres más conscientes de los cuidados que requieren sus hijos e hijas recién nacidos y recién nacidas. Una de ellas es la Fundación Protegiendo Vidas Nuevas (Fuprovinu) que dirige Kissairis Rodríguez, una joven de solo 28 años que luego de salir embarazada siendo adolescente decidió, a raíz de su experiencia, educar a madres adolescentes acerca de cómo tener hijos e hijas más sanos y sanas.
Pero, ¿hemos fracasado con promoción del programa de lactancia materna? Esa es la pregunta que quiso responder el epidemiólogo Jesús Feris Iglesias, en un artículo publicado recientemente bajo el título de esta interrogante.
En el escrito el médico cuestiona que teniendo el país una tasa de ocupación de las mujeres de un 35 por ciento en más de dos millones seiscientas mil mujeres entre las edades de 15 a 49 años, y que alumbran en establecimientos públicos 122 mil niños al año, solo el 7 por ciento de los recién nacidos sean lactados.
Tras este cuestionamiento, Feris Iglesias plantea tres acciones que podrían lograr cambiar la situación en que se encuentra la lactancia materna en el país, al tiempo de precisar que primero hay que enfocarse en tres vertientes, y cita:
- Los ministerios de Salud y Educación deben cumplir sus funciones de acuerdo a la ley.
- Hay que educar y supervisar que lo cumplan los obstetras del país para que durante el embarazo promuevan la lactancia entre las embarazadas.
- Se deben implementar controles más eficaces en los comercios que importan leches maternizadas, aplicándoles las sanciones correspondientes a las promociones soterradas que realizan.
Sin embargo, habría que esperar no solo que las autoridades supervisen la comercialización de leche de fórmula o los médicos (ginecólogos y pediatras) incentiven a las madres a amamantar, sino que los y las dominicanos y dominicanas adquieran un nivel de conciencia tal que les permita accionar en favor de la lactancia materna, amén de todas las circunstancias que puedan impedir que un recién nacido sea alimentado con el alimento más seguro: la leche materna.