Las imágenes en Instagram de influencers en «La Maldivas de Siberia» fueron tendencia en la referida red social, ya que este lago de gran belleza y aguas tan turquesa como las de cualquier paraíso tropical, es el vertedero de cenizas de una central eléctrica.
Hace una semana los expertos en Rusia alertaban a los curiosos de los peligros de bañarse en este lago, y ahora deben hacerlo en España, debido a la aparición del «Chernóbil Gallego».
Ubicado en la comarca de Carballo, en Galicia, el Monte Neme ofrece a los Instagramers una estampa irresistible. Tras sus montañas robustas, esconde un lago turquesa recóndito que en las fotografías en la red social da el aspecto de un enclave paradisíaco caribeño. Pero no lo es.
En realidad, el Monte Neme es una antigua mina de wolframio. Durante la Segunda Guerra Mundial, Adolf Hitler pidió al dictador español, Francisco Franco Bahamonde, que extrajera este material, que en aquel momento sólo podía encontrarse en Galicia, León, Cáceres y Extremadura.
Cuando Uxía (@uxiaabc) fue a visitar el lago, no lo dudó y se adentró en él: «La foto lo valía», reconoció a través de Twitter. De espaldas a cámara y los brazos en alto, la joven posó para la espectacular instantánea, que más tarde compartió en Instagram. Durante dos semanas, sufrió irritaciones en la piel y daños digestivos.
Uxía no fue la única. Otro «instagrammer» reveló en una entrevista para la emisora de radio Cadena Cope que se bañó en el Monte Neme porque la balsa «era muy bonita» y «no vieron ningún cartel» que les alertara de los riesgos.
«Estuvimos con vómitos y ronchones en la piel… Incluso ella fue al médico. Estuvimos dos semanas muy fastidiados, pero luego se nos fue por completo», contó el joven.
Tras subir la fotografía de ensueño a Instagram, los comentarios de algunos usuarios atónitos no se hicieron esperar.
«Enhorabuena por bañarte en una balsa de residuos altamente tóxicos en una mina de wolframio. Sin duda, Darwin estaría orgulloso de ti», contestó uno de ellos.
Los riesgos de bañarse en el Monte Neme
«El problema es que esas aguas se encuentran en el contexto de una explotación minera, en la que probablemente sí que pueda haber metales pesados que si se hace un baño esporádico puede generarnos algún problema», advirtió el doctor.
Entre los síntomas que sufren los turistas y bañistas, se encuentran principalmente las irritaciones cutáneas y los problemas digestivos.