Las carencias alejan a la escuela Carmela Belliard de la apertura semipresencial

Las carencias alejan a la escuela Carmela Belliard de la apertura semipresencial

El centro educativo Carmela Belliard en Hato al Medio, Montecristi espera por la reconstrucción de las autoridades del gobierno desde el 2014. Hoy/ Wilson Aracena

GUAYUBÍN, Montecristi. –  La llamada Revolución Educativa de la que tanto se ha hablado en el país pasó por la escuela Carmela Belliard de la comunidad Hato del Medio Arriba, en el distrito municipal Villa Elisa, pero nadie se dio cuenta, mientras que el cambio prometido aún está lejos de llegar.

Inaugurada en 1972, en el Gobierno del presidente Joaquín Balaguer, esta escuela, 49 años después, se encuentra abandonada a su suerte.

Esto indica que la apertura a la presencialidad en todo el país, y en todos los niveles del sistema educativo preuniversitario anunciada por el ministro de Educación, Roberto Fulcar, para el 25 de mayo es una quimera pensarlo, al menos, en esta localidad.

En la escuela Carmela Belliard hay pocas butacas y las que existen están en condiciones deplorables. Las pizarras están sujetas con sillas y los escritorios aún resisten desplomarse. Los baños no sirven. Tres letrinas en el patio, a pocos metros de las aulas, es la única alternativa para las necesidades fisiológicas.

Son cerca de 700 metros cuadrados, rodeados por una verja perimetral, del poco lucimiento del plantel educativo. Una cancha de baloncesto donde al parecer nunca se ha tirado una bola es el área de recreación de los estudiantes que se confunden entre el polvo y la arrabalización.

Para impartir docencia virtual los maestros deben comprar sus paqueticos de internet porque el que posee el centro no es suficiente. 

En el 2014 las autoridades iniciaron la remodelación de la escuela perteneciente al distrito 02 de Guayubín, regional de Educación No. 13, de Montecristi. La obra no se ha concluido por falta de recursos económicos sino por negligencia.

El plantel escolar que alberga a 163 alumnos en el nivel inicial y de segundo grado de secundaria no tiene las más mínimas condiciones para dar apertura a la semipresencialidad como ha anunciado el Ministerio de Educación.

Diez aulas al descubierto, falta de docentes, personal administrativo y de conserjería, una infraestructura que representa riesgo por las grietas, son apenas algunos indicadores de que el centro escolar no está apto para la docencia.

La directora del plantel educativo, Ondina Reynoso, dijo que la excusa ofrecida por las autoridades para justificar la paralización de los trabajos de reconstrucción es que tienen compromisos en otros lugares.

«En el 2014 iniciaron la remodelación, en el 2016 volvieron y echaron el piso, pero hace un mes vinieron nuevamente e hicieron un levantamiento para la reparación», afirmó Reynoso. 

Pero otro de los problemas en la escuela Carmela Belliard que también coincide con otros centros educativos en el país, es la falta de profesores. Incluso, Ondina Reynoso dijo que en el 2005 asumió la dirección del plantel y aún está de manera interina en el cargo.

La coordinadora docente Juana Tatis y el dirigente comunitario Daniel Colón también se unieron a los reclamos para que las autoridades educativas a nivel nacional acudan al auxilio del centro educativo.

La suerte de la escuela Carmela Belliard es una pesadilla. Allí se demanda el nombramiento de siete maestros, mientras tanto apenas cuentan con dos registrados en el sistema, pero ambos tienen Covid-19. También carece de personal de apoyo, tales como secretarias, psicólogos, coordinadores, jardineros, entre otros.

Esta es una historia que se repite en la República Dominicana. En la escuela Carmela Belliard apenas hemos encontrado estos puntos luminosos. La vocación del maestro por enseñar, los estudiantes que desearían volver a las aulas, así como los servicios de agua potable y energía eléctrica que reciben sin inconvenientes.

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