No existirá jamás un proceso más importante que el desarrollo educativo de nuestros hijos; toda vez que, es la pieza clave de la maduración cognitiva y emocional. Y, la semilla familiar en la que germinan los valores éticos y morales para la convivencia en sociedad.
Por tal razón, me ha llenado de satisfacción el anuncio por parte del Ministerio de Educación del inicio del proyecto Las Cátedras Ciudadanas. Las mismas, deberán convertirse en las raíces de los árboles de la instrucción educativa y en las catalizadoras de una profusa identidad cultural y promotoras de la paz.
Educación con Valores.
El filósofo y escritor británico y padre del liberalismo conservador Edmund Burke, estableció como apotegma que “leer sin reflejar es como comer sin digerir”. Si extrapolamos esa premisa a la distopía que estamos viviendo hoy podemos afirmar, que educarnos sin valores es lo mismo que echar agua en un jarro huraco.
Desde esa perspectiva, me surgen algunas interrogantes, ¿para qué le sirve a un niño aprenderse el Himno Nacional sin amarlo ni respetar su contenido? ¿Qué importancia tiene conocer las biografías de los padres de la patria sin imitar sus acciones? Y, ¿de qué sirve utilizar el gentilicio de dominicano sin el sentido de pertenencia cultural?
Dentro de ese contexto, las Cátedras Ciudadanas conjuntamente con la carga académica son altamente oportunas, beneficiosas y de un pletórico valor para el desarrollo cognitivo de los niños. Si la educación carece de valores su contenido siempre será letra muerta para el receptor.
Asimismo, hay que lograr que los niños entiendan que los contenidos de esas cátedras son sinónimos de compromiso, responsabilidad y armas perennes contra la apatía ciudadana; en su defecto, sería más contenido soluble adicional al que ya reciben.
Un Nuevo Ciudadano.
A pesar de las disyunciones de criterios la educación de calidad seguirá siendo la panacea de las dificultades sociales. Por eso, el escritor británico C. S. Lewis manifestó con profusa claridad que “la tarea de la educación moderna no es talar selvas, sino regar desiertos”.
En ese sentido, creo que todos los dominicanos debemos apoyar este importante proyecto de nación como son las Cátedras Ciudadanas y contribuir en lo que podamos para las mejoras del mismo. No olvidemos que el compromiso con la educación es además un ejercicio responsable con el futuro de nuestros hijos.