Las codiciadas dunas banilejas. Con el final de la dictadura de Trujillo hubo un destape nacional donde todas las virtudes y vicios de la sociedad dominicana, y al perder el miedo, todo lo positivo y negativo de la familia dominicana afloró por todas partes y en donde predominaban las ambiciones y el afán de apropiarse de los bienes públicos.
La existencia de las dunas de Las Calderas, estaba resguardada por el desconocimiento de la sociedad que algunos la veían como un estorbo. Ocasionalmente en Baní se veían caravanas de animales llevando en las árganas una cantidad exigua de codiciada arena fina.
El traslado en camiones hacia la Capital en los 60 era escaso y se podían contar los que transitaban por Baní para llevarlo a las construcciones de la Capital.
La explosión urbanística de la Capital ocurrió durante la primera administración en 1966 del doctor Balaguer y con el país pacificado después de abril de 1965. A partir de esa fecha se abrieron las compuertas para las construcciones de todo tipo desde grandes presas, carreteras, edificios hasta urbanizaciones de multifamiliares y torres que le cambiaron la fisonomía a los pueblos.
Pero se abrieron las compuertas para propiciar una masacre con las dunas con la extracción impune de una arena fina ideal para terminación de las superficies de las paredes.
Las calles de Baní, estrechas y limpias, se vieron inundadas por el tráfico de camiones de volteo. Al principio eran los pequeños de 6 metros cúbicos para pasar ahora a las volquetas de 24 metros cúbicos que taponan constantemente las calles del pueblo a todas horas del día.
Desde hace más de 30 años, la ciudadanía consciente de Baní se espabiló e inició de manera constante campañas para prohibir la extracción de la arena de las dunas.
Pero las autoridades por falta de interés para impedirlo ya que se beneficiaban de la expoliación y poco caso hacían ya que era un negocio redondo pese a que fácilmente es algo controlable debido a que salir de Baní es por una sola entrada y un camión cargado de arena no se oculta aun cuando lo hagan en horas nocturnas.
Las protestas de los banilejos se dejaban sentir cívicamente por corto tiempo incluyendo barreras humanas y las voces de los obispos de Bani. Todo se perdía entre los intereses de los militares, políticos y funcionarios de varios niveles atraídos por ese negocio en detrimento de las dunas
No es tan difícil controlar la salida de camiones que cotidianamente hacen el cruce de Baní hasta que no se concluya la avenida de circunvalación que será mas fácil controlarlo por los peajes que se habilitarán en la nueva vía. No hay voluntad política firme y constante por parte de las autoridades aun cuando el ministerio de Medio Ambiente coloque sus oficinas a la vera de la nueva vía.
Pero el pasado fin de semana el país se asombró por la rápida acción de las autoridades para atacar de frente la explotación de las dunas con la confiscación de camiones y equipos así como intervención de los depósitos de arena existentes en ferreterías de la vecindad. Ojalá que ya sea algo firme y permanente, no tan solo por ratos gracias a la presión de la opinión pública.