Las geometrías del territorio: plantaciones y ciudades coloniales en la isla de Santo Domingo en el siglo XVIII

Las geometrías del territorio: plantaciones y ciudades coloniales en la isla de Santo Domingo en el siglo XVIII

La colonización de la parte francesa de la isla de Santo Domingo (hoy Haití) representa un capítulo poco conocido de la historia del colonialismo francés, digno de interés sobre todo por la amplia transformación agrícola del territorio finalizada a la producción de la caña de azúcar. En el siglo XVIII fueron fundadas una decena de ciudades y cientos de plantaciones, gracias al trabajo de los ingenieros de “Ponts et Chaussées” (Escuela Nacional de Puentes y Carreteras, creada en 1716) y el llamado Genio Militar, proyectos y desarrollos representados en numerosos mapas que acompañaron la colonización territorial que nos muestran el diálogo entre la geometría de los trazados y las irregularidades topográficas. Los mapas y planimetrías elaboradas al final del siglo XVIII (18) desvelan un territorio complejo, en el que las formas de la ocupación planificada del suelo (ciudades, calles y plantaciones) siguen geometrías perfectas e impresionantes si se confrontan a la topografía natural de los lugares, irregulares con colinas, depresiones, ríos etc. Este modelo de ocupación del suelo organiza al mismo tiempo ciudad y territorio es característico del sistema colonial. Aparece en América desde el siglo XVI al XIX. No es muy diferente a las fundaciones greco-romanas antiguas, se podría comparar a Metaponto o a Capua y sus territorios en Italia. Curiosamente el sistema colonial francés en América ha sido poco estudiado, sin embargo, en la primera mitad del siglo XVIII, los franceses fundaron en la isla de Santo Domingo una decena de ciudades donde organizaron 400 plantaciones (o “habitaciones” en Creole). Solo el comercio de Santo Domingo representaba para Francia un tercio del total de la inversión en el extranjero, con un importe de 180.000.000 de francos de intercambio en 1789.

El Diseño del Territorio

Las calles, las plantaciones, llamadas “habitaciones” y las ciudades dependían de tres sistemas diferentes: las calles eran trazadas por los ingenieros de “Ponts et Chaussées”; las “habitaciones” las organizaban empresas privadas; la ciudad por el gobierno militar. En práctica, los ingenieros de “Ponts et Chaussées” trazaban las calles y garantizaban su mantenimiento, los agrimensores privados delimitaban las “habitaciones” y los técnicos militares diseñaban las ciudades.

Las Carreteras

La red vial tuvo inicialmente un desarrollo limitado, no estaban aseguradas las conexiones entre las ciudades cercanas como por ejemplo en la planicie del Cap. Los desplazamientos entre las grandes zonas de la isla desde el norte (el Cap, Fort- Dauphin y Port- de – Paix) desde el oeste (Leogane, Saint-Marc, Petit-Goave) y en el sur (Saint-Louis, Les Cayes) avenían esencialmente por mar. Las carreteras tenían el objetivo principalmente de conectar el sistema de las “habitaciones” con las ciudades portuarias desde donde venía embarcada la azúcar. Aunque en las zonas costeras fueron construidas las carreteras, la presencia de numerosos ríos, hizo el trazado de esas calles muy complicado, muchas veces eran “trillos” rurales un poco organizados. Esa tipología vial la encontramos por ejemplo desde Les Cayes a Les Cayemites y a Jeremie, sobre esta trama se sobrepone la geometría de las “habitaciones” este sistema vial varía continuamente según la situación de las curvas de nivel del territorio. Muchas veces la red de caminos se confunde con los linderos de la propiedad y en muchas ocasiones crean los ejes del trazado de las “habitaciones”.

Las “habitaciones” (plantaciones)

Las “habitaciones” o plantaciones de Caña de Azúcar”, (a veces cultivaban “indaco” o café), constituían, con la trata de “negros” traídos de África para servir como esclavos en las plantaciones y el comercio de los puertos francese del Atlántica (Le Havre, Nantes, La Rochelle, Bordeaux), uno de los tres puntos clave del “sistema colonial” francés. Estas tres actividades podrían estar dirigidas por las mismas personas: armadores navales de la Normandía o de la Charente, que envían sus embarcaciones a África, allí embarcan esclavos para transportar a las colonias franceses de la isla de Santo Domingo, en esas mismas embarcaciones regresan luego a Francia cargadas de azúcar. La organización de las primeras explotaciones abarcaba la llamada “posesión de hacha”, ósea los primeros ocupantes de esas habitaciones, adquirían la propiedad de sus plantaciones por el hecho de haberlas creado con sus propias manos. El sistema, en un tiempo limitado, se desarrolló rápidamente, ya en 1701 existían 31 ingenios, en 1739, 250 ingenios. El enriquecimiento de los primeros colonos induce a negociantes y aristócratas franceses a interesarse del negocio, estos adquirían y más tarde vendían las plantaciones. Se desarrolló en las islas americanas una brillante sociedad esclavista creole, donde se distinguen entre otros, Giuseppina di Beauharnais (1763 – 1814) (llamada la bella Creole, esposa de Napoleón Bonaparte, Emperatriz desde 1804 a 1810 y Reina de Italia de 1805 a 1810), también J. B. Hosten, cliente del arquitecto Claude Nicolas Ledoux.

Una “habitación” es un sistema al mismo tiempo agrícola e industrial. La producción de caña de azúcar ocupaba los terrenos mejores en las llanuras y valles, pero también se cultivaban los “vivres”, campos de cultivo de alimentos (maíz, batata, papas bananas etc.), algunas “habitaciones” poseían un “batte”, una zona herbosa para la ganadería. La plantación, estaba organizada por: la Casa del Patrón (sin ningún lujo), algunas “, estos ricos hacendados muy rara vez visitaban las factorías; el Molino para elaborar la caña, regularmente movido por agua o accionado por animales; el ingenio; las Cabañas de los Obreros (esclavos etc.). La superficie promedia de una “habitación” era de 300 cuadrados (32 hectáreas), para la cual se necesitaban aproximadamente 120 obreros. En las regiones menos lluviosas se necesitaba irrigar los campos de caña de azúcar. Las presas de agua se construían en los ríos, se excavaban embalses de retención, en ocasiones se construían represas como aquella en el Río Artibonito. Los desvíos de los ríos tenían la doble función de organizar pequeños canales de irrigación a lo largo del perímetro de las plantaciones, además, realizaban acueductos sobre arcos, cuando la topografía del terreno lo requería.

Por ejemplo, en las “habitaciones” de Deluge, Fleuriau o Caradeux en la llanura de Cul-de-Sac, el acueducto alimenta la rueda de la “Cabana del Molino”. Se poseen planos generales de la organización espacial de estas “habitaciones”, estos planos venían comisionados por los terratenientes franceses en el siglo VIII (18). Al inicio estos terratenientes se lamentaban por la poca competencia de los agrimensores al medir y dibujar las planimetrías de las plantaciones. Más adelante, la calidad de elaboración de estos mapas y planimetrías mejoró radicalmente y los levantamientos fueron más precisos y coloreados espléndidamente.

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