Forjadores de opinión y personas de distintos ámbitos señalan en los medios de comunicación y redes sociales que “estamos viviendo un problema muy grave, las niñas se están embarazando a muy temprana edad, 10,11,12 años”.
La gran pregunta es ¿se están embarazando solas?
El embarazo de una niña no es su responsabilidad. “Todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a la integridad personal. Este derecho comprende el respeto a la dignidad, la inviolabilidad de la integridad física, síquica, moral y sexual, incluyendo la preservación de su imagen, identidad, autonomía de valores, ideas, creencias, espacio y objetos personales”. (Ley 136-03 art.12)
En el embarazo de la niña intervienen varios actores como responsables: hombre o joven que la embarazó, las familias, contexto social y Estado. En este artículo analizamos específicamente el caso de la responsabilidad masculina, posteriormente analizaremos las responsabilidades de las familias y del Estado.
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La responsabilidad masculina en el embarazo. El ocultamiento e invisibilidad de la responsabilidad masculina en el embarazo tienen varios componentes a analizar. A continuación señalamos dos de ellos:
El ocultamiento y legitimación de los abusos y violaciones sexuales. En el Código del Menor (artículo 396 inciso c) se establece el abuso sexual como “la práctica sexual con un niño, niña o adolescente por un adulto o persona cinco años mayor, para su propia gratificación sexual, sin consideración del desarrollo sicosexual del niño, niña o adolescente y que puede ocurrir aún sin contacto físico”.
Despojo de la responsabilidad paterna. Tanto las autoridades sanitarias, la opinión pública como las instituciones que se vinculan con esta problemática tienden a analizar el embarazo en la niñez y la adolescencia solo desde la niña o la adolescente y su “drama”. Esta actitud refuerza la cultura patriarcal que libera al hombre de su responsabilidad. Los programas de prevención de embarazo en la adolescencia están inequitativamente feminizados con campañas dirigidas a niñas, adolescentes y jóvenes excluyendo a los adolescentes, jóvenes y adultos que embarazan.
La problemática del embarazo de niñas y adolescentes en nuestra sociedad supone una lectura diferente a la que se realiza continuamente en los medios. El mensaje no debe ser desde “la niña que se embarazó”, sino la alarma por “los hombres que violan y embarazan niñas y adolescentes”.
Se deben analizar a profundidad las causas de las violaciones y abusos sexuales continuos y frecuentes de las que son víctimas, adolescentes y mujeres por el sexo masculino en nuestra sociedad. Y en ello identificar y erradicar la complicidad e impunidad de un tejido social que lo sostiene y el sistema de justicia que debe investigar y sancionar en todas sus consecuencias.