¿Y si existiera una relación entre la belleza y la esperanza de vida? Esta sorprendente teoría ha encontrado un argumento científico en una investigación de la Universidad Estatal de Arizona y la Universidad Estatal de Texas (ambas de Estados Unidos) que acaba de ser publicada en la revista Social Science & Medicine. El estudio sugiere que las personas más atractivas tienden a vivir más años.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron los datos de mortalidad de miles de adolescentes graduados del instituto en la década de 1950 y cómo su apariencia podría haber influido en sus años de vida. Otros estudios anteriores ya habían encontrado un vínculo entre la percepción de la belleza y nuestro sistema inmunológico.
“Se sabe poco sobre la asociación entre el atractivo facial y la longevidad, pero el atractivo puede transmitir una salud subyacente y una estructura sistemática de estratificación social”, escriben el científico social Connor Sheehan de la Universidad Estatal de Arizona y el economista Daniel Hamermesh de la Universidad de Texas en Austin en el artículo.
Los científicos conformaron un jurado de seis hombres y seis mujeres para que calificaran el atractivo de 8.386 estudiantes de la década de los 50 a partir de las fotografías. Posteriormente, se establecieron para ello seis categorías, de más a menos atractivos, y se comparó con las muertes ocurridas en ese grupo cuando ya tenían más de 80 años, casi el 43%.
Aquellas personas a las que el jurado calificó de menos atractivas (ocupando una sexta categoría) tenían casi un 17% más de probabilidades de haber muerto. Sin embargo, la diferencia en la tasa de mortalidad entre los cuatro sextiles intermedios y los individuos de aspecto atractivo del sextil superior no fue especialmente significativa.
“En términos generales, descubrimos que aquellos cuyo atractivo facial estaba clasificado en el sextil menos atractivo tenían un mayor riesgo de mortalidad a lo largo de la vida en comparación con aquellos clasificados como promedio o alto. Es importante destacar que encontramos pocas ventajas en longevidad para aquellos calificados con altos niveles de atractivo en relación con el promedio”, explican.
Salud y dinero: claves en el atractivo físico
Los investigadores apuntan a que es importante tener en cuenta factores como la educación o los ingresos, siendo la salud la variable más influyente de todas. Como es de esperar, las personas que padecieron problemas de salud pudieron mostrarse más débiles y menos atractivas que las sanas. Sin embargo, los autores del estudio aseguran que las razones de esta asociación todavía no están claras y que sería necesario ampliar los límites geográficos de la investigación. Además, los datos no son suficientes para probar una causa y efecto directos.
No obstante, estos hallazgos son interesantes para las investigaciones sobre salud pública, más concretamente sobre el vínculo entre las huellas de la enfermedad en la apariencia de las personas y la longevidad. “Los científicos sociales deberían explorar cómo el atractivo puede influir en otros procesos que pueden contribuir a su relación con la salud y la longevidad”, concluyen los autores.
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