Felipe González es un líder histórico de la Internacional Socialista (IS), estrechamente vinculado a la vida dominicana durante más de medio siglo. Llegó a Santo Domingo a finales de la década del 70 de la mano de José Francisco Peña Gómez, icono del pensamiento socialdemócrata nacional, como parte del esfuerzo por democratizar nuestra nación.
Siendo presidente de España, vino en visita oficial al país, cuando era presidente Salvador Jorge Blanco. Desde entonces, González está apretadamente unido a nuestra historia, conocedor de nuestra idiosincrasia y el sistema político. Ostenta la nacionalidad dominicana, que recibió del presidente Luis Abinader en 2022. Su familia vive aquí y su “Fundación Felipe González” opera también aquí.
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Por ende, pueden sonar crudas y hasta destempladas a los oídos de ciertos despistados, las profundas reflexiones de quien fuera elegido presidente de los Sabios de la Unión Europea en 2007, tras haber ejercido la presidencia española 1982-1996; González habló francamente respecto de Haití y la posición que debe asumir Dominicana de cara al conflicto del conglomerado vecino. Creo que sus cavilaciones obedecen a la realidad.
Haití es un Estado fallido, fracasado y cada vez peor, ha dicho el líder histórico del PSOE. Se aburrió la comunidad internacional, porque tras reiteradas intervenciones sin resultados positivos, las Naciones Unidas se aburrieron. Recordó que tropas entrenadas de todos los sitios han desfilado por Haití.
González externó sus opiniones durante un desayuno-entrevista en el vetusto Listín Diario, en el cual abordó las relaciones entre la República Dominicana y Haití dentro del contexto de otra intervención internacional de la ONU, ahora liderada por Kenya.
Dijo una verdad monda y lironda, que pocos políticos criollos han tenido agallas para decirla: “República Dominicana comparte territorio con un país lleno de criminalidad, que no es capaz de gobernarse”. Exhortó a los dominicanos a no alterar su convivencia nacional. Y expresó: “Todas las intervenciones de la comunidad internacional han sido descartadas de Haití, algunas por errores de la intervención y otras porque es muy difícil intervenir en un estado fallido, lleno de bandas criminales, donde te tienes que defender”.
Exhortó a que la labor de República Dominicana sea ninguna, no puede hacer nada, pedirle que sea relevante en la solución de un problema que todas las naciones unidas no son capaces de resolver, es ridículo. La República Dominicana debe exigirse la mejor voluntad para con Haití”. Acerca de la fusión de la Isla, dijo jamás ha escuchado nada creíble.
Prestémosle atención a Felipe González.