Ohio.— LeBron James emergió de una caótica y compleja temporada mejor que nunca, como el indiscutido rey de la NBA.
Pese a que no contó con Kyrie Irving como escudero. Pese a una temporada de múltiples bajas por lesión y dos purgas del plantel de los Cavaliers. Pese a estar rodeado de un grupo de compañeros conformado por novatos y sólo tres sobrevivientes de los equipos de Cleveland que él condujo a tres finales de la NBA, James disputó cada partido de su 15ta temporada, y luciendo más dominante que nunca.
Invirtiendo millones de dólares en acondicionamiento físico y manteniendo una ética de trabajo que lo ha impulsado desde su infancia, James parece decidido a desafiar el ciclo natural de las cosas.
A sus 33 años y enfilándose a una lucha por su octava final seguida de la NBA, James no da muestras de reducir su marcha. Sigue siendo el jugador más completo de la liga, el más dominante. Aún el jugador a vencer. Aún el jugador más capaz de guiar a un equipo en los playoffs. Aún el jugador con mayores posibilidades de ejecutar la jugada que decida un partido o una serie _con el perdón de Westbrook, Harden, Curry y Durant.
“No parece que sea más viejo”, declaró el coach de los 76ers de Filadelfia, Brett Brown. “Simplemente no se va”.
Si bien la temporada de Cleveland fue bastante irregular, James tuvo nuevamente una campaña brillante.
Promedió 27,5 puntos _su cifra más alta desde 2010_ e impuso records de su carrera en promedios por asistencias (9,1) y rebotes (8,6), además de que no se perdió un solo partido de la temporada por primera vez. Lideró la liga en puntos totales y minutos jugados, superó la marca de los 30.000 puntos en su carrera, registró 18 triple dobles y fue el segundo máximo anotador de la liga en los cuartos periodos, con un promedio de 7,5 puntos.
El tricampeón también extendió su record al anotar al menos 10 puntos en 873 partidos _una marca que llegó a estar en poder de Michael Jordan (862), el jugador con el que James ha sido comparado durante toda su vida adulta y al que ha igualado en casi todas las estadísticas.
Durante el proceso, James aparentemente ha dejado de envejecer. Ayuda, por supuesto, que cuente con nutriólogo, entrenador personal, masajista, una cámara de crioterapia y tecnología de última generación que lo mantiene un paso adelante del Padre Tiempo.
“Es lo mejor que me he sentido en toda la temporada y tengo los números para respaldarlo, y también tengo las victorias para respaldarlo”, señaló James. “Simplemente he tratado de seguir disponible para mis compañeros noche tras noche y hacer todo lo que pueda por ganar partidos. Ya sea anotando, logrando rebotes, defendiendo, dando pases, provocando faltas ofensivas, cualquiera que sea el caso. Estadísticamente todo habla por sí solo”.
¿Ser como Mike? Misión cumplida.