Leer El Caribe en pleno siglo 21, llama a identificar primero una región geográfica e histórica de fundamentales movimientos migratorios desde las gestas independentistas y los movimientos de descolonización.
Desde estos procesos humanos de liberación, las literaturas del Caribe ofrecieron al mundo narrativas y poéticas que llamaban a la toma de conciencia del lector sobre los abusos de los poderes coloniales en los territorios de ultramar.
Los lectores de Cesaire, Guillén, Fanón, Lamming tuvieron la oportunidad de plantearse juicios éticos y reflexivos sobre las consecuencias de la trata negrera desde una perspectiva política.
Aimé Cesaire, con su obra ‘’Discurso sobre el colonialismo, llama abiertamente por una globalización de las conciencias humanas frente a todo abuso ‘’Y entonces, que! Los indios masacrados,… el mundo negro descalificado; grandes voces apagadas por siempre; hogares dispersos frente a los vendavales; todo ese desgaste, todo ese derroche y la humanidad reducida al monólogo, ¿y ustedes creen que todo eso no se paga?’’.
Aimé Cesaire, con esta obra de 1950, abre los movimientos críticos contra todo tipo de dominación haciendo un manifiesto de pensamiento que inspiró a los más grandes libertadores como Nelson Mandela, quien declaró que el discurso sobre el colonialismo marcó su lucha para siempre.
George Lamming, en su novela ‘’El castillo de mi piel, ‘expresa la alienación de un niño de Barbados, y plantea desde un horizonte psicológico las consecuencias del racismo y la discriminación. Es a tomar en cuenta que si Cesaire en ‘’Cuadernos de un retorno al país natal’’ anuncia su partida de Francia hacia su tierra de Martinica, para cumplir con su compromiso social y político con sus hermanos antillanos martiniquenses. “La negrería…hela aquí …..de pie bajo las estrellas/de pie/y libre’’.
Un retorno al país natal significa desde la perspectiva estética el empoderamiento de los códigos y signos afrocaribeños que llevaron a Cesaire a la creación del concepto estético y universalista de la negritud.
Vale entonces relacionar de manera comparatista transversal estudios e investigaciones sobre los retornos y los exilios, porque en el caso de los autores del Caribe de lengua inglesa nace una literatura propia en los años 30, 40 para brillar a partir de los 50.
Por razones políticas, los autores del Caribe inglés a partir de los 40, 50, 60, se exilian hacia Londres manifestando todo un cuestionamiento sobre su sociedad de origen. George Lamming, desde ‘’The pleasure ofexile’’ de 1960, estaba convencido que desde sus exilios, los escritores se mantenían totalmente anclados a sus culturas de origen.
Desde el Reino Unido, no dejaron de lado su compromiso político moral con sus islas, y muchos de ellos, como Sam Selvon, Naipaul y Wilson Harris, ocuparon un gran espacio intelectual y social en Inglaterra, suscitando un auténtico interés en las editoras por las escrituras caribeñas.
La relación al espacio de origen a la historia del mismo y a su geografía, va a dejar abierta la conceptualización de “país adentro”, “país afuera”, es decir, que se va a ir creando un concepto del Caribe más allá de sus fronteras históricas y geográficas, más allá de su geopolítica.
Frente a estas firmas literarias progenitoras de una literatura caribeña anglófona y francófona que sacuden el confort de ideas y de estilos, ocupan espacios literarios de excepción autores como el trinitario Naipaul, premio Nobel en 2001, quien se exilió en Londres para nunca volver a su isla Trinidad, es uno de los más polémicos, en su ambivalencia con la cultura hindú y la afrocaribeidad.
Este no es solo un autor de historias, es una arquitecto estructural de nuevas construcciones narrativas.
Derek Walkott, de Santa Lucia, también premio Nobel en 1992, se ganó toda la admiración y respeto de la academia estadounidense donde fue profesor en la Universidad de Boston por muchos años.
Es un poeta integrador de una poética libre y abierta al universo que podemos admirar en su ‘’Omeros’’.
A partir de los 70, 80, nuevas generaciones impulsaron nuevas escrituras, sobre todo con la emergencia de una gran producción de mujeres como Maryse Conde, Simone Swartz Bart, Elizabeth Walkott, Jamaica Kincaid, que dentro de la memoria colectiva despolitizan los dogmas de las ideologías, para entrar en dramas más profundos que sufrieron las mujeres hijas de esclavas, cuando no hijas de amos violadores….
Las escritoras del Caribe francófono y anglófono crean a partir de los 80 memorias y esencias del dolor en una transversalidad comparatista que valdría la pena investigar con la producción literaria afroamericana, llevando por ejemplo y eje a Tony Morrisson…
En todo esto cabe destacar qué tanto los y las escritoras francófonos y anglófonos, cuestionaron las lenguas metropolitanas convirtiendo su léxico literario en auténticos laboratorios lingüísticos donde el francés debe convivir con la imagen del creole, haciendo de la lengua un vector de comunicación translingüístico donde las dos lenguas viven en un mismo espacio de libertad entre oralidad y escritura.
Las nuevas voces literarias como Patrick Chamoiseau, Bernabé y el mismo Glissant invitan al creole en el plasma literario de la lengua francesa para suscitar un nuevo lenguaje y una nueva semántica que evoluciona y revoluciona la lengua del amo…
Esta comunión bilingüe del creole y del francés en el caso de Patrick Chamoiseau, significa ante todo la reivindicación de la fuerza visual de la palabra creole, con el alcance universal que garantiza la lengua francesa…
En el Caribe anglófono se impone la música como nutriente de escritura, así nace la poesía ‘’dub’’ con nuevas voces con tendencias de performances que se extienden hasta Jamaica pasando por Trinidad, Barbados y Antigua, reivindicando la oralidad como literatura total.
Kamau Brathwaite expone una poesía experimental usando ritmos y formas musicales negras desde los cantos del trabajo de la esclavitud, al reggae, el ska, el jazz y el calipso.
Hoy día, las nuevas generaciones del Caribe anglófono y francófono se han liberado del complejo de “Caliban” es decir del complejo de rechazo por las nuevas generaciones y las políticas editoriales internacionales.
En la actualidad, los movimientos internacionales migratorios de escritores y escritoras desde sus diásporas de Londres, París, Montreal, New York, ponen al Caribe en un espacio editorial de excepción que permite que hoy día las literaturas del Caribe Francófono y anglófono sean en el momento las más leídas.
Con esta iniciamos una primera entrega. La próxima será sobre las escrituras del Caribe hispano dentro de sus matices.