Legisladores coinciden en externar incertidumbre por el informe que rendirá la Organización de los Estados Americanos (OEA) sobre las obras hídricas que construyen los gobiernos de la República Dominicana y Haití en frontera, luego de supervisar la zona limítrofe entre los dos países.

Esperan que prime la objetividad y algunos tienen la certeza de que las opiniones que emita el foro regional podrían no favorecer al gobierno dominicano, debido a los antecedentes de la OEA respecto de la vida democrática de este país.

Ramón Ceballo, del Partido Revolucionario Moderno (PRM), consideró que la OEA ha asumido posiciones que dejan mucho que desear, por lo que espera que su informe sea objetivo.

Espera que la OEA sea capaz de evaluar el peligro del canal improvisado que se construye en Haití con agua del río Dajabón o Masacre, ahora con el apoyo de las autoridades.

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Indica que la obra sobre el río Masacre viola el acuerdo de 1929, lo que espera que sea analizado por la OEA. Ignacio Aracena, del PRM, valora de positiva la labor de la delegación de la OEA y que traiga solución a los problemas de Haití.

Rafael Tobías Crespo, vocero de la bancada de la Fuerza del Pueblo (FP), aspira a que el informe que brinde la OEA sea lo suficientemente apegado a la realidad, como para llevar entendimiento y tranquilidad a las dos naciones. Considera que el Gobierno dominicano ha agravado el dilema del canal, al cerrar la frontera comercial.

Máximo Castro, vocero del bloque de diputados del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), se muestra escéptico con el nivel de confiabilidad que exhiba el informe que elabore el organismo internacional.

Recomienda que la investigación técnica sea en el terreno de los hechos, es decir, en la frontera entre República Dominicana y Haití. Sócrates Pérez, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), es de los que aguarda para que la mirada de la OEA a la zona binacional termine con los males que afectan a las dos islas.