Pedro Martínez, David Ortiz, Leo Ortiz y Fernando Cuza, esperando la llamada del día de la elección. Pedro Martínez, David Ortiz, Leo Ortiz y Fernando Cuza, esperando la llamada del día de la elección. Carlos Alonzo.
Una persona que recibe un consejo sano de su padre en un momento difícil de su vida tiene el futuro asegurado, pues el cariño y el amor supera todo, para garantizar el éxito.
Este caso podemos ponerlo de ejemplo con Leo Ortiz, padre de David Ortiz, electo al Salón de la Fama de Cooperstown, por su brillante carrera de 20 años en las Grandes Ligas, donde no todo fue color de rosa.
Reveló que tuvo que enfrentarse a un David desencantado e impactado emocionalmente por la decisión tomada por los Mellizos de Minnesota de bajarlo a Triple A, la cual él calificó como una degradación profesional, al punto que tuvo intención de tirar la toalla, al tener que enfrentar una decisión en su contra por parte de los Mellizos de Minnesota, que lo enviaron a triple A, donde David pensaba que se le caía el cielo.
En ese momento, Leo tomó el control de su hijo y logró que desistiera de su idea, que lo hubiera sacado del deporte.
“Cuando a él lo bajaron de Minnesota para Triple A, él dijo que no iba a jugar más, ese muchacho quería morirse”, dijo el padre feliz. Leo Ortiz habló sobre sus relaciones con su hijo David al ser entrevistado en Noticiassin.com.
Reveló que tuvo que enfrentarse a un David desencantado e impactado emocionalmente por la degradación profesional de la que había sido objeto.
El país atento hoy a David Ortiz
“Eso fue un trabajo duro con él porque después yo tuve que caerle atrás”, precisó. “Me culpé de eso, en una forma de un padre veterano para tratar de convencer al muchacho que estaba renuente, dijo no voy a jugar más pelota papi”.
Agregó que ni siquiera quería comer, durante un tiempo.
Al hablar sobre el tema dijo: “si tenemos que irnos nos vamos, este juego es de los norteamericanos, pero vamos a hablar”.
Manifestó que como padre se sentía culpable de la situación porque fue él quien le aconsejó que dejara el colegio y se dedicara solamente a jugar pelota y que si lo hacía mal retomaría los estudios.
“Si yo te dejo estudiando tú serías licenciado, abogado, periodista o cualquier cosa de esa, y no hubiéramos estado con este problema con los norteamericanos aquí. Yo siendo el culpable de esta situación, que te metí a jugar pelota porque tú querías jugar basquetbol, yo soy el culpable”, le insistió.
Dijo que cerró la conversación con la frase “tú vas para Triple A, porque yo no me voy a sentir culpable”.
Agrega que al día siguiente lo levantó temprano, le preparó el bulto y lo llevó. Apenas tenía dos años que había firmado con el equipo de Minnesota.
“Son muchos los peloteros que en las mismas condiciones que él se han quedado en el camino porque no han tenido a alguien, si yo no hubiese estado ahí, él se hubiera ido y se hubiera quedado en New York como muchos muchachos, amigos de él con iguales o mejores condiciones que él”, explicó.
Al referirse a la elección de su vástago al Salón de la Fama Cooperstown resaltó que “para la familia esto es algo grandioso, el que más lo asimila hasta más que él, soy yo porque yo siempre he estado en espera de esto y yo encuentro que en el béisbol para el hijo mío, misión cumplida, esto es el tope de béisbol”, concluyó Ortiz sobre su hijo.
Al recordar experiencias familiares, Leo agregó que entre los miembros de la familia hay respeto.
«El hijo mío no creas tú que porque él es una estrella es el tipo que está privando en eso”, resaltó.
Se recuerda que David Ortiz estaba rodeado de familiares y amigos mientras estaba frente al teléfono, a la espera de la gran noticia que conmocionó a todo el pueblo dominicano y puso en alto la República Dominicana en las GL.
David se convierte en el cuarto beisbolista dominicano que llega a Cooperstown. Le precedieron Juan Marichal, Pedro Martínez y Vladimir Guerrero.
Marichal fue el primer dominicano, por su gran actuación como lanzador, luego Pedro Martínez, pitcher de éxitos en las mayores. Guerrero y Ortiz, llegaron a Cooperstown por su explosivo bateo frente a los lanzadores contrarios.
Al final de su conversación con la prensa, Leo Ortiz dijo: “me siento orgulloso de que mi hijo realizara el trabajo que lo llevó a la fama en GL