Dedicado al grupo exquisitamente literario ´´Las lechuzas literarias´´
Un novela es primero una relación personal, intima, confidencial y privada, es una confesión guardada.
Pero cuando esa novela le va anchando el mundo, la lectora y el lector egoista tiene que entrar en razón y romper los diques, porque la conexión y el arte de la conectividad con lo colectivo y lo individual se imponen de tal manera, que guardar el secreto de la grandea de una obra sería un crimen a la inteligencia.
Esto nos ha sucedido con la última entrega del escritor cubano Leonardo Padura “Como polvo en el viento”, ‘publicada por la casa Tusquets. Debo decir que ya el título es un hallazgo y sobre todo cuando responde al alma de la historia y al ambiente emocional de toda una generación la que Padura rinde homenaje con la canción del grupo Kansas ´´Dust in the wind´´.
Con esta novela, Padura confirma que hay una escritura paduriana, en el manejo justo y preciso de la lengua española, con su sazón de vocablos y palabras cubanísimas en una perfección de aciertos y dominios semánticos.La historia que envuelve la condición humana, en su entorno histórico, caída del muro de Berlín, cuestionamiento de las ideologías autoritarias, crisis desde el período especial, precariedades de tres generaciones hijas de la revolución, cuestionamientos del estatus del ser humano individual, frente a la crisis colectiva.
La novela sella definitivamente una escritura paduriana anunciada desde obras anteriores , pero aquí toma una clave superior y es que Padura suelta su alma, sus emociones, su conocimiento de las crisis sicológicas frente a las crisis morales.
La escritura es ágil, con una rítmica en el fraseo, con una contextualización situacional entre descripción narratológica,conectividad de los diólogos y dialogantes,manejo alquímica de la lengua española entre verbo y palabra castiza de las tierras del Quijote, y las luces y gracia del cubaneao verbal que el autor conoce al dedillo, con un divertimento en la comunicación entre los personajes donde el lenguaje sabe servir tanto lo patético como lo absurdo en una complicidad situacional permanente con el lector, porque cuando Padura escribe siente que quiere entrar en esa conectividad con su lectora o lector.
Advertimos que todo se centra en la condición humana enfrentada una crisis colectiva con resonancias y consecuencias individuales,lospadres de la Revolución, que nacieron con ella, se implicaron en el sueño y mantuvieron ese sueño de un mundo mejor respondiendo a las reglas morales y políticas del sistema, pero una vez hechos médicos, científicos, artistas, intelectuales, la crisis, la caída de la Unión Soviética, el imperio del embargo, los lleva a sentirse huérfanos de una madre revolución que no puede ya sustentar a sus hijos, y que poco a poco estos entran en una crisis existencial que solo pueden superar con la formación y unión dentro de un clan o cofradía, donde todos vivirán a través de las fiestas de fin de año y del cumpleaños de la dueña de una casa típicamente habanera, Clara personaje humano central que simboliza a Cuba en toda su trayectoria revolucionaria y contemporánea, Clara que nosotros entendemos que puede ser el mismo autor anclado en su Habana, en su territorio libre de Mancilla, en su casa maternal, con su madre todavía viva, que Padura ama y que lo afinca a Cuba, tierra progenitora de su obra y escritura, edén de su inspiración.
Cuando decimos todo esto nos debemos un pausa de matización, la obra no es política, ni histórica, ni social, es una novela de corte sicológico con el trasfondo dialéctico de la realidad que implica consecuencias síquicas , políticas y humanas. Padura escribe sobre mundos que conoce al dedillo, con una justeza filosófica y ética para servir la verdad.
Todo el trasfondo cubano entre los años 80 y 2016, están presentes sin pelos en la lengua , con valor y valentía.
El éxodo marítimo de los balseros, la emigración en sus estructuras diversas hacia Estados Unidos, España, Italia, todo está presente desde la perspectiva de situación contextualizada por la fuerza de quiere ser y vivir con inteligencia y libertad frente al estancamiento de un sistema que ya no responde a los cambios y necesidades de su pueblo.
La novela se lee como una partitura musical con un despliegue rítmico de cada personaje, Marcos, el hijo de Clara y de Darío, es el puro cubano de hoy, el que se va para resolver su vida, el que llevará con él toda la ficha del cubanísimo guasón, guapo, atrevido , bailador y beisbolista, con breteles y gorra para bailar salsa y son.
Su padre Darío, de la generación anterior, el universitario, que tendrá que irse de Cuba para cumplir con su carrera. Aterriza en Barcelona, se instala con una nueva esposa que no puede ser más catalana que su nombre Monse.
Padura expone con sentido de un gran conocimiento de cada sociedad en el exilio,describe de maravilla cada realidad de las nuevas vidas conoce como un antropólogo disertador y fabulador le especificidad de cada puerto de llegada con las consecuencias en cada una de las vidas, es una novela que va forjando cambios y nuevas identidades humanas, en eso es totalmente post moderna, pues trata el tema de la emigración y del éxodo humana con todas sus dimensiones de las transformaciones del yo inicial o del origen.
Todos siguen siendo cubanos, pero cubanos hechos y deshechos por la huida, la fuga, el abandono, el ´´sálvese quien pueda´´ de la crisis. Cuando hablo de transformaciones de las identidades y de las crisi, Padura sabe lo que hace, lo escribió de maravilla en el personaje de Mercader en la novela ´´El hombre que amaba a los perros ´´.
Aquí logra una nota superior, se trata de la transformación de corte sicoanalítico de la identidad desde el planteamiento freudiano , la novela contiene otra novela es como si estuviéramos leyendo en el sofá cama de un sicoanalista y el autor va contando las razones de ser de cada personaje fundamental , dual y o múltiple como es el caso de Loreta Fitzberg-Elisa Correa. pero también el caso de su hija, Adela nacida en la huida de Cuba, personaje que investiga tanto la verdad existencial de la identidad de su madre como la de su padre, una prueba dramática y patética que Padura lleva hasta el final, logrando desenvolver cada historia con alta comprensión de la humano, sentimiento de perdón , paz y reconciliación entre padres e hijos , libertad y dialéctica, sexo y amor.
La estructura de la novela es perfectamente arquitectónica, funciona con unas fundaciones sólidas de una tierra matriz Cuba.Los desenleces e van haciendo a través de los sitios y lugares , siendo cada personaje la cuña de su tiempo y lugar la confusa y confundida madre indiscutiblemente compleja Elisa Correa, es la perfecta cubana o latino americana que se pierde en su huída, y se forja una nueva identidad de LORETA hasta de nuevo ser Elisa y rehumanizarse en su encuentro de identidad con su hija.
La novela responde a la identidad de la producción literaria latino americana que rompe con las herencias del boom del realismo mágico y se identifica con la contemporaneidad global donde imperan los temas individuales y sicológicos cruzados por las derivas migratorias , y las crisis societales.
Lo que no quita que haya en Padura y lo hay todo un potencial de escritura barroca y lo demuestra al final casi de la novela cuando Darío en plena ciudad de Florencia, Italia se encuentra la soplona, kalié de Guesty convertida en Georgina, casada con un viejo italiano y que Darío reconoce e insulta con toda la fuerza lexical cubana….Esas páginas son sublimes.
En el sentido filosófico la novela tiene a mi juicio una trascendencia camusiana en el sentido del amor por la condición humana , envuelta en su destino , su responsabilidad frente a lo colectivo y a lo individual, con un amor por la tierra de origen, así como Camus sentía Argelia, Padura siente y defiende su Cuba-Mancilla.
Ojo , estamos frente a una novela de primer órden, y que si el Nobel es de literatura, tendrá que ser pronto de Padura.