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En cualquier sociedad en la que un funcionario oficial plantea su vocación a violar la Constitución y las leyes e irrespetar principios universalmente proclamados y aceptados se procede a su inmediata destitución, sobre todo cuando se trata de quien debe garantizar el orden público y proteger a la ciudadanía. Nexcy D’León
La afirmación del director de la Policía Nacional, mayor general Eduardo Alberto Then, que “no aceptarán en el reclutamiento a hombres y mujeres hijos de madres solteras”, justificado por que estos “no han recibido una adecuada formación hogareña en valores”, constituye evidencia irrefutable de prejuicios no consistentes con las responsabilidades del cargo que ocupa.
Estas palabras adquieren especial significado al ser externalizadas el Día Mundial de la No Violencia Contra la Mujer y en momentos en que se debaten en el Congreso Nacional temas relacionados con la negación de derechos y prerrogativas a las mujeres dominicanas.
El Gobierno debe enviar una señal clara y contundente de que no comparte ni promueve el retroceso, la vocación verticalista y el machismo enfermizo que exhiben funcionarios y legisladores. A veces las excusas resultan peor que el agravio que se pretende enmenda r: no se trata de decir y desdecirse, de ofender y pedir perdón; son demasiadas las señales misóginas que emiten los poderes públicos y fácticos y la sociedad dominicana no lo puede ni lo debe tolerar.