Tanta corrupción debería enfurecer la conciencia de Danilo Medina.
Este año 2021 los dominicanos estuvieron atentos a las cancelaciones públicas, las destituciones de nuevos funcionarios por corrupción, a los sometimientos de antiguas autoridades peledeístas, los informes sobre la Covid 19, la ineficiencia de la salud, las infamias de las ARS, atracos, asesinatos de mujeres y de ciudadanos, entre otros tantos males sociales que les robaron la paz, el sosiego y la confianza colectiva.
Llegado diciembre con su brisa fresca, el presidente Luis Abinader sacó de las arcas del Estado miles de millones de pesos para entregarlos como bonos a las familias pobres. Aunque nadie lo diga, la medida evidencia que continúan vigentes las políticas clientelistas que tanto gustan a los partidos tradicionales para mantener la sociedad en el círculo vicioso de la mendicidad.
Los desafueros cometidos por familiares, amigos y correligionarios del ex presidente Danilo Medina son tan descomunales, vergonzantes e indignantes que él debería, si tiene un ápice de dignidad, admitir que no cumplió las sagradas responsabilidades de velar por la cosa pública, declararse culpable y pedir a los sindicados en la horda delictiva devolver lo robado e implorar perdón purgando sus deudas en la cárcel.
Ojalá que la suerte dominicana cambie a partir del año 2022.
¡Feliz Navidad distinguidos lectores!
¿Les digo algo?