¿Les digo Algo?

Sobran los políticos y profesionales que dicen importarle el bien común hasta que ocupan una posición publica desde la que deben demostrar que verdaderamente les importa el bienestar de los demás, ejerciendo sus funciones cabalmente cumpliendo los mandatos de las leyes y de la Constitución de la Republica.

Entre los países latinoamericanos y caribeños que se sienten más decepcionados de sus políticos y funcionarios públicos de todos los gobiernos que les han regido, la Republica Dominicana es uno de los que se siente más burlado por ese tipo de personas.

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El reciente fin de semana, el movimiento ambiental se estremeció de indignación ante la intensificación del desafuero cometido en Laguna Saladilla por la empresa contratada por las fuerzas armadas y autorizada por el Ministerio de Medio Ambiente a violar las leyes destruyendo manglares, rellenando humedales en zonas protegidas y promoviendo la fabricación de carbón con la vegetación derribada por los equipos pesados que participan en la construcción del muro fronterizo.

¿Cuáles méritos tiene un profesional reconocido como consecuente con los valores que la sociedad aprueba y defiende si al ocupar una función desde la que puede contribuir a fortalecer esos valores evade su responsabilidad y se hace de la vista gorda? Mientras en la Cumbre Iberoamericana se anunciaban compromisos para preservar el medio ambiente y enfrentar los desafíos del cambio climático, se continuaba, a ritmo acelerado y con el mayor descaro posible, la destrucción de un humedal de vital importancia.