Los escándalos provocados por legisladores y funcionarios con muchas medidas que toman, declaraciones que emiten o proyectos que someten sobre asuntos del interés dan ganas de que se les coja, se les monte en un avión y sean declarados apátridas. En las últimas dos semanas los legisladores y funcionarios que dirigen ministerios como Minería y Salud Pública han superado el colmo al expresar sus ideas acerca de temas que se discuten en el país referentes a derechos.
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Tal vez la ignorancia o quien sabe si el oportunismo de venderse como figura asimilable a decía el párroco Sebastián Cavalotto, con las barrabasadas más grandes que un hacedor de leyes pueda decir y que lo han convertido en el hazmerreír del pueblo y en la vergüenza del PRM que enarbola la visión democrática de José Francisco Peña Gómez y Hugo Tolentino Dipp. El llamado del ministro de Energía y Minas Antonio Almonte a ignorar a los ambientalistas y a las comunidades de San Juan que se oponen a la conversión de la Región del Valle en distrito minero merece una medalla al absurdo y a la falta de respeto a las comunidades a quienes las leyes confieren voz y voto en las decisiones que les afectan. Por lo visto, a RD le esperan fuertes confrontaciones es y un período de inestabilidad por la impertinencia de los funcionarios públicos.