¿Por qué no he hecho esto? ¿Por qué lo hice de tal manera? ¿Qué habría pasado si lo hubiera manejado de forma diferente? Estas preguntas pueden parecernos familiares; así como también el siguiente pronunciamiento: Ahora me arrepiento, no debí decir o hacer aquello.
Cuando experimentamos sentimientos de culpa ante una acción u omisión nos culpabilizamos por actuaciones o errores que con razón o sin ella hemos cometido. Al final, después de haber incurrido en ellos nos arrepentimos, muchas veces llegamos a convertirnos en nuestros propios jueces y verdugos; incluso hasta carcelero emocional.
Hacemos un juicio de nuestros actos, juzgándonos drásticamente y declaramos una sentencia de culpabilidad sobre nosotros, arrastrando con esto un autocastigo que nos lleva a emociones displacenteras.
Este juicio varía de forma y de fondo dependiendo de la conciencia moral de cada persona, basado en lo que aprendió desde la infancia y lo que entiende como bueno o malo.
Cuando nos sentimos culpables de algo tendemos a experimentar un malestar emocional, algunas personas se autocastigan como una manera de mitigar su culpa.
Una carga emocional negativa pesa mucho y no podemos caminar por la vida con esta mochila. Los remordimientos vienen y van de manera constantes, llevándonos a perder la paz y la tranquilidad.
Cómo superar los sentimientos de culpa
El primer paso para liberarte de estos remordimientos y sensaciones de opresión en el pecho causado por los sentimientos de culpabilidad, es precisamente reconocerlo.
- Haz una lista de tus emociones, qué es lo que te lleva a acusarte en tu mente y en tu corazón, anótalas y trabaja en erradicarlas.
- Escribe una carta a la persona que entiendes perjudicaste o agrediste, explícale cómo te sientes y pídele perdón. Permite que en el escrito fluyan tus emociones para poder sanar las heridas y liberarte del dolor.
Si constantemente estás repitiendo en tu memoria lo sucedido y vuelves a revivirlo incluso en el mismo orden, es porque aún permanece en ti el remordimiento y el dolor que de alguna manera te dejó la situación que viviste. A continuación te presento algunas recomendaciones para superarlo:
Dedica 15 minutos al día para pensar en la situación, mirándola desde una perspectiva diferente y constructiva. Este ejercicio debes hacerlo en un lugar cómodo y tranquilo. Durante este tiempo analiza y pregúntate ¿Cómo reaccionaría si pasara otra vez? Si tuviera la oportunidad de enmendar tu error ¿Cómo lo haría?
Transcurridos los 15 minutos no pienses más en el tema, pues ya le dedicaste el tiempo establecido ese día. Si vuelven los pensamientos negativos, bloquéalos y diles que están en la gaveta del olvido. Verás cómo al cabo de un tiempo ya ni pensarás en lo sucedido. Pide perdón, enmienda tu error, aprende del mismo y no vuelvas repetirlo, pero no cargues con el sentimiento de culpa, pues este se convierte en un juez implacable.