BOGOTA. El líder de las FARC espera que Donald Trump mantenga el apoyo del gobierno estadounidense al proceso de paz en Colombia tras haber financiado la guerra y aseguró que el postconflicto aún puede dejar muchos muertos más.
“Ese nuevo presidente debe dar continuación a esa vinculación de Estados Unidos”, dijo Rodrigo Londoño, alias “Timochenko”, en su primera entrevista un día después de la firma de un nuevo acuerdo entre el gobierno y la guerrilla en Bogotá.
“Timochenko” se mostró sonriente y relajado, una actitud que mantuvo en sus últimas apariciones públicas para paliar la mala imagen que muchos colombianos tienen todavía de la guerrilla.
Dijo que los consideran aún “monstruos” y que ahora tienen que mostrar su mejor cara.
En un ambiente de violencia creciente en el país, enfatizó su llamado a la comunidad internacional a que mantenga la atención sobre Colombia, una presión que ayudaría dar más seguridad a los casi 8.000 rebeldes que deben dejar las armas en los próximos meses.
“Muchos, de pronto, quedaremos en el camino”, zanjó el guerrillero de 57 años y 38 sin pisar su pueblo, por el que siente nostalgia. “Desde que entré a la guerrilla, sabía que me podían matar en cualquier momento”, afirmó sin descartar que, aún con la paz, el riesgo continúe.
En lo que va de 2016, 70 líderes campesinos y defensores de derechos humanos han sido asesinados por motivos políticos, cifra que se aceleró desde la firma del primer acuerdo de paz, que luego fue derrotado después en las urnas.
Sin dar más detalles, “Timochenko” aseguró que el gobierno introdujo unos cambios de última hora en el documento que firmó el jueves con el presidente Juan Manuel Santos, por los que la guerrilla se podría “haber levantado de la mesa”.
El texto quedó cerrado el miércoles a medianoche, horas antes de la ceremonia oficial de la firma, reveló.
Humans Rights Watch afirmó que esas últimas modificaciones dan más impunidad a los militares.
Con una financiación acumulada de unos 10.000 millones de dólares, Estados Unidos ha jugado un papel “determinante” en el conflicto de medio siglo en Colombia, aunque “Timochenko” reconoció que el presidente Barack Obama dio un cambio de página para contribuir al proceso de reconciliación.
Sin embargo, para el líder de las FARC, es difícil que Trump sea más duro en su política exterior que su predecesor: “¿Acaso Obama ha sido blando?”, interrogó.
El líder guerrillero dijo además que espera que Estados Unidos libere al rebelde Ricardo Palmera, alias “Simón Trinidad”, quien cumple una sentencia por su papel en el secuestro de tres estadounidenses hace una década.
Las FARC consideran a Palmera un prisionero de guerra. Sin embargo, el gobierno de Estados Unidos ha rechazado en varias ocasiones la posibilidad de excarcelarlo.
Aunque Colombia fue apenas mencionada en la campaña presidencial estadounidense, el próximo gobierno tendrá mucha influencia en el proceso de paz.
Decidirá, por ejemplo, si Washington presiona para detener a líderes de las FARC, incluido “Timochenko”, en el caso de un eventual viaje fuera de Colombia, para responder por delitos de narcotráfico.
Además, Estados Unidos todavía considera a las FARC como una organización terrorista del nivel de al Qaeda y el Estado Islámico.
El segundo acuerdo de paz firmado el jueves todavía tiene que ser ratificado por el Congreso la próxima semana, aún con duras críticas de la oposición.
A partir de entonces, esa cámara empezará a implementar los acuerdos punto a punto. El primer debate de la agenda es la ley de amnistía de los miles de guerrilleros de las FARC encarcelados en todo el país.
Solo después los bloques empezarán a desplazarse hacia una veintena de zonas donde se desarmarán, aseguró Pastor Alape, otro líder rebelde presente en el encuentro.
El acuerdo establece entre otras cosas que la guerrilla entregue en los próximos seis meses un inventario de sus bienes y activos para resarcir a las víctimas y también establece las condiciones en que se restringirá la libertad a responsables de crímenes.
“Nunca dijimos que no había nada; estábamos proyectando una guerra a largo plazo y en función de eso teníamos nuestros recursos”, aseguró.
Este mismo viernes, la Fiscalía anunció la incautación de 216 hectáreas, valoradas en más de 135.000 dólares y con presencia de cultivos ilícitos, a nombre de personas vinculadas a las FARC en el municipio de Cartagena del Chairá, en el sur del país.
Una vez desarmadas, previsiblemente en mayo, las FARC decidirán la manera y el nombre que tomará su partido político.
“Timochenko” opinó que en la próxima legislatura, tras las elecciones de 2018, Colombia debería tener un gobierno de transición integrado por todas las fuerzas políticas que apoyan el proceso de paz. Aunque no dio nombres, citó a su contraparte en la negociación.
“Ahora en Colombia hay un pulso entre las fuerzas que quieren la guerra porque se han enriquecido y las fuerzas que queremos la paz”, afirmó.
“Ojalá no tengamos al final de esto que hacer un balance en que tengamos que decir que la paz en Colombia nos costó X cantidad de muertos más”.